El Pájaro Azul vuelve a volar

Pedro Fernández Quirós, promotor y gestor de la Cueva del Pájaro Azul explica que pretenden dar un nuevo impulso al flamenco porque la ciudad lo merece debido a lo que históricamente significa para la capital gaditana este arte.

«No pretendemos que sea el típico tablao . Queremos convertirlo en un sitio de interpretación del flamenco, para poner en valor la historia del Pájaro Azul, contar la historia del flamenco en la ciudad, con todo lo que se vivió en los años 70, además de impulsar a las nuevas generaciones», explica Fernández.

Ahora con la pandemia , debido a las limitaciones de aforo, aún tienen que pensar cómo desarrollarán las actuaciones y en un primer momento creen que optarán por ciclos de conferencias , enfocadas a la flamencología y después ya seguirán con ciclos de flamenco, concursos y tendrán una agenda más completa.

La Cueva del Pájaro Azul se descubre a principios de los 60. Pertenecía a la familia Fedriani y a la bodega San Juan. Un día cae un poco de vino, retumba el suelo y descubren la cueva. A medida que pasan los meses, la familia adecenta la cueva, al principio para uso familiar, hasta que deciden ponerla en valor y abrirla al público. En los 70 se pone de moda, el flamenco tenía más fuerza en esa época y comienza a convertirse en un lugar de referencia para esta manifestación artística pasando por allí los mejores artistas del momento como Camarón, Lola Flores, Paco de Lucía, entre otros. En los 80 se cierra el local y queda en el olvido.

«Es un sitio muy especial, un lugar que tiene 2500 años de antigüedad y solo la atmósfera va a ser única», añade el promotor y gestor de la Cueva del Pájaro Azul.