Audiencia Cádiz

El Padre Pepe, acusado de estafar a cuarenta ancianos en Medina, ante la justicia

La Fiscalía pide para José Herrera seis años de prisión por apropiarse de unos 300.000 euros de los usuarios de la residencia que regentaba

Imagen de archivo del exconsejero Pérez Saldaña visitando el geriátrico en 2002 junto al padre Pepe

La Voz

En septiembre de 2009, Medina Sidonia fue foco de atención de la actualidad nacional. Allí la Guardia Civil detenía a un supuesto falso cura acusado de haber estado estafando durante años a los ancianos que se alojaban en una residencia de Medina Sidonia. Al frente de esta trama estaban el conocido como Padre Pepe y Manuel Maeztu, los dos responsables de la comunidad El Santísimo, perteneciente a la Asociación Benéfica y Católica Obreros de la Cruz, una comunidad religiosa que tuvo mucha acogida en la Janda y que recibió un gran apoyo institucional aunque nunca había sido recocida oficialmente por la Iglesia Católica en España .

Sin embargo, la Guardia Civil detenía a estos dos sospechosos por un supuesto delito de estafa continuada. Los investigadores apuntaron entonces que el dinero que se apropiaron superaba los 150.000 euros provenientes de las cuentas corrientes de cuarenta de las personas ingresadas en la residencia.

Este lunes, once años después, empezarán a rendir cuentas ante la justicia. José Herrera, conocido como 'Padre Pepe' y Maeztu se enfrentan a seis años de prisión cada uno.

Según el fiscal, los dos procesados dispusieron del dinero de los ancianos y lo sacaban de sus cuentas sin consentimiento. Para el Ministerio Público, basado en la investigación de la Guardia Civil, Maeztu tenía las claves electrónicas de estas cuentas y el Padre Pepe era conocedor de ello.

La investigación de la denominada 'operación Obreros' indica además que la directiva de El Santísimo hacía reintegros ilícitos y pagos a sus proveedores con el dinero de los ancianos, justificando que luego se lo descontarían de la cuota mensual de la residencia, algo que no sucedía después. posteriormente sería descontado de la cuota mensual de los internos, algo que no sucedía en ninguno de los casos.

Por otro lado, cobraban el cien por cien de la pensión de los usuarios cuando algunos ocupaban plazas concertadas . También desviaban dinero a la Asociación Obreros de la Cruz sin que los conceptos de esos movimientos estuvieran justificados. Se calcula que pudieron estafar unos 300.000 euros.

Algunos de los ancianos estafados carecían de familiares que los pudieran representar, situación que aprovechaba José Herrera para recomendarles a estos internos que le autorizaran como titular de sus cuentas bancarias y poder así gestionar el pago por la plaza obtenida en la residencia que él presidía.

En mayo de 2009, los Obreros de la Cruz fueron desahuciados por no pagar el alquiler y perdieron la gestión de la residencia.

Ya fue condenado

El Padre Pepe ya fue condenado por la Audiencia Provincial por haber esquilmado el patrimonio de un anciano entre 2000 y 2001. Esta denuncia que se resolvía en 2014, antes de que estallara el escándalo en torno a la congregación de los Obreros de la Cruz

La víctima era un exmilitar viudo que no tenía hijos. Ingresó con 92 años en la residencia, en octubre de 2000 procedente del hospital militar de San Carlos (San Fernando). Sin ni si quiera llevar un mes ingresado en el geriátrico, libró un cheque de cuatro millones de pesetas (24.000 euros) a favor de la asociación Obreros de la Cruz.

Un día después de esa operación bancaria, el anciano otorgaba ante notario poderes al director del Santísimo para gestionar su patrimonio. A partir de entonces, la asociación recibió cerca de 280.000 euros (más de 46 millones de las antiguas pesetas) procedente de supuestas donaciones de Juan Gil.

El tribunal consideró probado que el hermano Guillermo y el padre Pepe simularon la celebración de juntas generales extraordinarias de los Obreros de la Cruz en las que se aprobaba las donaciones del anciano. Sin embargo, los miembros de esa junta declararon no haber autorizado esas operaciones, que nunca se habían reunido ni habían sido convocados. Cuatros de los supuestos vocales admitieron que formaron parte del órgano máximo de representación pero que sólo lo hicieron para ayudar en la constitución de la asociación.

En la sentencia quedó plasmado cómo el control sobre el Santísimo estaba en manos del padre Pepe. No fue condenado por estafa pero sí por apropiación indebida.

Herrera había sido miembro de la Asociación franciscana Obreros de la Cruz Blanca, reconocida en Colombia. Posteriormente, fundó Obreros de la Cruz, no reconocida por el Obispado. Bajo este paraguas desembarcó en Medina Sidonia.

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