Pregón Semana Santa Cádiz 2021

El verso de Iván Roa ilumina la Semana Santa de Cádiz en el año del coronavirus

El pregonero proclama optimismo y fe para hacer frente a unos tiempos marcados por el coronavirus

El pregonero de la Semana Santa de Cádiz en 2021, Iván Roa. Antonio vázquez

Nuria Agrafojo

El pregón de la esperanza, de la ilusión, de los sueños, de las calles aún por recorrer. De versos interminables, de devotos y voz flamenca. Un discurso desgarrador a la vez que sereno, dinámico y poético para pregonar las grandezas de la Semana Santa de Cádiz. Una Semana Mayor sin pasos ni penitentes en sus barrios pero con pasión y con un pregón a ritmo de palio de un sobresaliente Iván Roa. El cofrade marcó el regreso a un fervor omnipotente capaz incluso de acallar a toda una pandemia a golpe de sentimientos y verdades celestiales.

Cádiz quiso abrir su Semana Santa con la esperanza de tiempos mejores y con un pregonero volcado en el resurgir de la palabra de Dios. Así se demostró desde el principio hasta el final de un pregón bien estructurado y muy aplaudido por un respetable que ayer volvió a ocupar las butacas del Gran Teatro Falla con la ilusión de reencontrarse con ese fervor cofrade que la pandemia no ha frenado.

Ningún cofrade quiso perderse esta cita histórica, quizás la más difícil de las últimas décadas. El alcalde de Cádiz, José María González, el obispo de la Diócesis de Cádiz, Rafael Zornoza, y el presidente del Consejo Local de Hermandades, Juan Carlos Jurado, fueron los encargados de presidir el palco de autoridades de un ambientado teatro.

Larrinaga, en el recuerdo

Con la interpretación de las marchas ‘Ecce Homo’ y ‘Virgen de las Penas’ a cargo de la Banda Filarmónica de Conil, que ocupaba un lugar inusual tras el escenario, comenzaba un pregón en verso que se extendió durante más de una hora y media de proclamas y reivindicaciones del sentir cofrade y de la propia ciudad. Una ceremonia enmarcada en una simbólica puesta en escena, que recogía la imagen de un Calvario con las tres cruces , en una clara referencia a su hermandad de El Perdón. En esta cuidada escenografía se escondían varios detalles. Desde una bata de sanitario en un claro homenaje a los héroes de esta pandemia, un sombrero del uniforme de la banda en recuerdo de Sergio Larrinaga, el compositor cofrade fallecido recientemente, así como los dos angelotes del paso de misterio de Jesús Nazareno de Santa María con el lema de la cofradía ‘A peste nos curat’.

Escudado bajo estos símbolos y tras la presentación a cargo de Vicente Rodríguez, arrancaba un novato pregonero que en apenas unos segundos se quitó el sobrenombre ante un público entregado. Su poesía de inicio ya bastó para desvelar que el gaditanismo y la pasión cofrade de Roa también se daban la mano sobre escenario en este domingo de pregón.

A pesar de que el pregonero transformó el dolor y el duelo de la pandemia del coronavirus en fervor y esperanza, también dedicó unas bonitas palabras para recordar a quienes han perdido la vida a lo largo de estos dramáticos meses.

«Este es todo mi comienzo/ con la firma dedicada/ a todo el valle de muertos/ que la pandemia dejara./ Va por todos aquellos/que su vida se apagara,/por todas esas monjitas/que se partieron la cara/por ayudar a los enfermos/sin importarles de nada./Por todos los sacerdotes/que siguieron la palabra/en oscuros hospitales,/colgando las sotanas/en las camas de la UCI,/elevando con sus alas/a universos celestiales./Ellos son los culpables/de que no pierda mi fe;/como la voy a perder/si han demostrado el coraje/que todos debemos tener./Va para todos, el pregón/y para todos, este clavel», recitaba el vocero mientras depositaba la flor sobre el Calvario.

Un emotivo comienzo que fue transformando en ilusión mientras iba describiendo a golpe de verso un enorme recorrido visual por todas las imágenes de la Semana Santa gaditana, desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección. Un paseo de esperanza, de barrios de Cádiz engalanados para la ocasión y de costumbres propias de estas fechas. De recuerdos de juventud y plegarias infinitas.

Domingo de Amargura

Una brillante exposición que combinaba momentos más íntimos de su niñez y su infancia con la veteranía de quien lleva tantos años entregado a las cofradías. Quizás, uno de los más aplaudidos, fue su recorrido por el Domingo de Ramos, junto a su Virgen de La Amargura , la Señora de San Agustín.

«Del cielo tengo las llaves,/pero llaves no quiero ninguna,/porque el cielo es mi calle/cuando pasa La Amargura./Señora de San Agustín/vienes pisando la arena/de tu playa carmesí/sufriendo tú la condena/del que nació de ti», entonaba el pregonero levantando a una parte del respetable de sus asientos.

Pero no sólo la lírica predominó en el Falla más cofrade. También la reivindicación encontró su sitio sobre el escenario, pues Roa no pudo dejar de lado su dedicación profesional para pedir empleo para la Bahía. También levantó la voz contra otras injusticias sociales, ante lo que pidió compasión y perdón.

«Perdón por no perdonar/a los que, en nombre de Dios,/se dedican a matar de manera tan atroz/en las guerras, sin piedad./Perdón por no perdonar/al hombre sin corazón,/que es capaz de cercenar/la vida de su amor/de una forma demencial./Perdón por no perdonar/a la que denuncia en falso,/acabando de un plumazo/con la vida de un igual./A los que van con maldad,/a todos los asesinos/y a todos los indecentes/abusadores de niños./A políticos rastreros/merecedores de nada,/los que usan sus ventajas/para llevarse el dinero,//sacando siempre tajada/incitando con palabras/al odio de todo el pueblo», se lamentaba con amargura el cofrade.

Una declaración sincera y comprometida y tan real como el recuerdo a su abuelo y a todos los mayores de la sociedad, los que más están sufriendo esta pandemia», al mismo tiempo que hacía un llamamiento a los jóvenes, para que sigan creciendo en el amor a sus cofradías y a sus tradiciones.

Y al llegar al Domingo de Resurrección , el pregonero dio marcha atrás para rendir honores al Regidor Perpetuo, a la cofradía del Nazareno. Acompañado de un guitarrista flamenco, Roa puso el broche de oro a su pregón con un verso entrañable a la hermandad de Santa María y al eterno alcalde de Cádiz.

Y así fue despojándose de todo lo que llevaba para quedarse completamente desnudo en un escenario cada vez más pequeño, relegado a un segundo plano a medida que la voz del hermano rociero iba apropiándose de todo a golpe de compás. Voces que fueron caminando, marcando un camino hacia la luz al final del túnel, hacia los sueños imposibles, hacia un mundo mejor, con un esperanzadora ilusión: la Semana Santa del 2021. Cádiz ya espera su próxima primavera y el siguiente pregón. Palabra de cofrade.

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