NAVIDAD 2019

Petardos, el 'infierno' festivo de muchas familias gaditanas

Colectivos piden que se controle el uso de material pirotécnico debido a los problemas que genera en humanos y mascotas

Taquicardias, autolesiones, son consecuencias de los estruendos de la pirotecnia en algunas personas. L.V.

Verónica Sánchez

Autoagresión, huídas corriendo, pegar a los que estén alrededor . Son algunas de las reacciones que puede tener una persona con Transtorno del Espectro Autista (TEA) ante el sonido de petardos y material pirotécnico. Lo que para algunos es diversión, para otros se ha convertido en una auténtica tortura, asociada a épocas, como la Navidad, en la que la tranquilidad y la felicidad en familia debería (o esa al menos es la teoría) reinar.

«El problema de los petardos es que es un ruido sorpresivo, que no saben por donde viene ni cuando va a llegar», explica Isabel del Hoyo, directora de los Servicios de Vida Adulta de la asociación Autismo Cádiz. Y no solo es algo que afecte a las personas con TEA, sino también a bebés, ancianos y gente más sensible o que tiene Asperger, alzheimer o demencia , «porque es un sonido brusco que en nuestro subconsciente tenemos asociado a algo malo».

Tan mal lo pasan algunas personas con autismo que relacionan la Navidad con los petardos, de tal forma que no pueden disfrutar de ella con su familia debido a la ansiedad que les genera. «Tenemos una familia con una persona con TEA que, cada vez que llega una fiesta navideña se encierra en el cuarto de baño , que es el sitio más protegido de la casa», cuenta del Hoyo como ejemplo. La consecuencia es que, debido a los petardos y la pirotecnia, la Navidad se convierte en un momento muy desagradable para todos sus seres queridos.

Recogida de firmas en Cádiz

También lo sufren los animales, sobre todo los perros. «Les provoca mucho estrés porque se desorientan. Suele ser gran candidad de petardos a la vez y son sonidos muy bruscos, que no se esperan», narra María Delgado, veterinaria del servicio municipal de protección animal del Ayuntamiento de El Puerto (Cemuproan). Y esto puede desencadenar en que las mascotas salten por las ventanas, las terrazas o empiecen a correr sin rumbo si encuentran una puerta abierta . E incluso que sufran un infarto. Con los perros mayores, que tienen problemas de audición y ceguera y con los que han sido adoptados o recogidos recientemente el problema se acentúa aún más.

Cada vez más familias se ven afectadas por este tema. Tanto es así que vecinos gaditanos, encabezados por María Jesús Fernández, están recogiendo firmas a favor de la pirotecnia silenciosa para trasladar esta demanda al Ayuntamiento de Cádiz. María Jesús, vecina del barrio de San Severiano, cuenta que las pasadas navidades lo pasaron mal porque no dejaban de oirse petardos. De hecho, cuenta, uno de sus vecinos, con síndrome de Down, llegó a autolesionarse. Entonces, ya vio necesario comenzar con una recogida de firmas para parar algo «que no es una diversión, porque afecta a la salud de colectivos grandes», afirma.

En Halloween María Jesús paseaba con su perro Castle cuando un petardo cayó al lado de él. Desde encontes «es muy sensible a cualquier ruido, se pone taquicárdico y tengo que darle una medicación». Fue en ese momento cuando ella decidió ponerse manos a la obra con la recogida de firmas. «Pedimos al Ayuntamiento que los fuegos artificiales sean silenciosos, con luces en lugar de sonido; que, como en otras provincias, se haga un bando prohibiendo que la gente tire petardos y que la policía tome medidas al respecto», dice esta gaditana. «Está teniendo bastante aceptación, quiero entregarla en enero», detalla. No obstante, declara que ya se ha reunido con la concejala de Feminismos, LGTBIQ+, Juventud y Bienestar Animal del Ayuntamiento de Cádiz, Lorena Garrón, y ésta se ha mostrado a favor de la propuesta. «La pirotecnia silenciosa es algo que el Consistorio ya maneja y quiere que salga adelante» , afirma al respecto Eduardo Rovira, de PACMA.

La concienciación es la clave

«Sabemos que la pirotecnia está muy arraigada en la cultura, pero en la sociedad gaditana no es algo histórico, por eso los ayuntamientos deben regular su uso y abuso , porque puede tener consecuencias muy negativas sobre la gente», declara Isabel del Hoyo. Como propuesta, por ejemplo, regular una franja horaria en la que puedan tirarse petardos y que, todo el que lo haga fuera de esa franja sea sancionado. De hecho, muchos tipos de pirotecnia están prohibidos, «como tirar cohetes desde la terraza, por ejemplo», explica María Jesús Fernández.

De hecho, la Guardia Civil ya ha comenzado con la tradicional campaña de inspecciones de establecimientos susceptibles de dedicarse a la venta ilegal de artefactos pirotécnicos y ya ha aprehendido casi 15.000 unidades de los mismos. Y es que los petardos y la pirotecnia, como ya ha ocurrido en alguna ocasión, pueden ocasionar heridos incluso de carácter grave. No es ningún juego.

Los colectivos apuestan por perseguir y multar al que inclumpla la normativ a. Pero, sobre todo, por concienciar a la gente, educando desde el colegio para que se comprenda los efectos negativos que pueden causar en humanos y animales el ruido de petardos y pirotecnia. «Ayuntamiento, ciudadanos y policía tenemos que unirnos, porque en Cádiz cada vez va a más y esto ya no es una diversión», afirma María Jesús Fernández.

De momento, todo el que lo desee puede unirse a esta petición firmando en diversos puntos de la ciudad. En la zona de Puerta Tierra se puede firmar en Mundozoo, la peluquería canina La Jungla, la clínica veterinaria Varela o la farmacia de San Severiano Marta Temblador. O en el casco histórico en el pub Medusa, el Mundozoo de la calle Sagasta, la peluquería canina Amigos de Nora o la tienda de mascotas Agarramelapata.

Y si ya teme los efectos que tendrán en los más peludos de la casa el sonido de los petardos esta Navidad, la veterinaria María Delgado da algunos consejos al respecto: intentar estar con las mascotas esos días, no dejándoles solos; que las ventanas estén cerrados; tenerlos cerca, encima o con ellos en el suelo acariciándoles y hablándoels para que se centren en el propietario y no el ruido e intentar darles juego para que parezca que no pasa nada. Y si son muy asustadizos se puede recurrir a esencias para crear un ambiente de relajación o a complementos o medicación que contenga agentes herbáceos calmantes como manzanilla o salvia.

El objetivo, que la Navidad no se convierta en un momento desagradable para algunos por la diversión de otros.

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