Mantenimiento

La decadencia de la Punta de San Felipe, sin vida y abandonada

El sector del ocio nocturno, especialmente perjudicado por las restricciones, clama la rebaja de las tasas para poder reanudar la actividad cuando la pandemia lo permita

Aspecto que presenta la zona de ocio de la Punta de San Felipe, abandonada y con todos los locales cerrados con motivo de la pandemia Francis Jiménez

Almudena del Campo

La Punta de San Felipe está literalmente muerta, triste y abandonada. A pesar de ser un enclave privilegiado de la ciudad, con unas vistas espectaculares a la Bahía de Cádiz, amplias zonas para el paseo y espacios para aparcar, la Punta ha sido en los últimos años la zona de la ciudad donde los jóvenes hacen botellón y terminan la noche los fines de semana. Otros gaditanos acuden para pasear, entrenar o pescar. Pero poco más.

El aspecto de la zona de ocio, sobre todo de la parte superior destinada a los botellones, es dantesco en estos momentos. Pintadas con todo tipo de proclamas, cristales rotos, barandillas oxidadas, losas sin reponer, suciedad ... La sensación de abandono es total, sobre todo desde que no hay ningún tipo de vida en la zona al estar todos los bares y discotecas cerrados con motivo de la pandemia.

La crisis sanitaria del coronavirus ha venido a desbaratarlo todo y ha provocado el cierre total de estos locales de ocio , que solo contaron con un respiro durante el verano. Eso sí, con numerosas limitaciones tanto de horarios como de aforo que han terminado de ahogar al sector, muy pendiente de la situación sanitaria para poder reanudar su actividad lo antes posible.

Antes de que llegara la pandemia había seis establecimientos abiertos. Todos ellos tienen un concesión por la que deben abonar una tasa de ocupación y de actividad a la Autoridad Portuaria , propietaria de los locales.

Los propietarios de los bares y discotecas reclaman a la administración una rebaja de estas tasas dada la agónica situación que viven desde el pasado mes de marzo, hace ya un año, ya que no cuentan con ningún tipo de ingreso a pesar de que deben seguir pagando tanto el local como los impuestos .

Aseguran que han conseguido una rebaja en la tasa de ocupación por parte de Autoridad Portuaria de un 20 por ciento, aunque consideran que es «insuficiente» y que sería necesario, al igual que sucede con propietarios privados, un mayor descuento en la cuota (al menos un 50 por ciento) para poder sobrevivir hasta que sea posible la reapaertura.

A todo ello se une la falta de ayudas por parte de las administraciones ya que, desde que comenzó la pandemia -manifiestan- todo han sido anuncios y promesas por parte de las administraciones pero, la realidad, es que no han recibido nada.

«El daño es enorme»

Alexis Ruiz es el presidente de la asociación de salas de fiestas y discotecas de la provincia de Cádiz y afirma que «el daño que se está haciendo a nuestro sector es enorme. Es el más perjudicado de la hostelería, que ya de por sí está muy tocada. Estamos cerrados desde marzo del año pasado y ya se han perdido entre un 20 y un 30% de los locales de ocio nocturno, discotecas y salas de espectáculos por culpa de la pandemia».

Añade que «algunos pudieron abrir desde junio hasta la primera quincena de agosto aunque nos condicionaba mucho la restricción horaria y las limitaciones en el aforo , sobre todo en el caso de los espectáculos».

Alexis Ruiz explica que «nuestros locales suelen ser grandes, de al menos 300 metros cuadrados, con un personal mínimo de diez personas y están preparados para que el público esté en el interior». Insiste en que «tienen que estar libres de ruidos para no molestar a los vecinos y sería muy complicado adaptar un local de estas características a otra actividad, como por ejemplo una cafetería».

Lamenta que siempre se culpe a la hostelería y a los locales de ocio nocturno del aumento de casos positivos «cuando no se ha demostrado ningún contagio en nuestros establecimientos . Es más, el tiempo que hemos podido estar abiertos se han aplicado las medidas de seguridad más estrictas».

El representante del sector de la noche en la provincia resalta que «hemos propuesto a las administraciones mil fórmulas para poder estar abiertos como toma de temperatura a la entrada de los locales, control de clientes etc... Pero no han escuchado ninguna de nuestras reclamaciones ».

En su opinión, «todas estas limitaciones van a provocar que muchos nos quedemos en el camino, y si en la provincia hay aproximadamente unos 80 discotecas y salas de fiesta, quizas 20 o 30 de ellas tengan que cerrar».

Respecto a las perspectivas a corto-medio plazo, Alexis Ruiz señala que « el sector está muy decepcionado. hemos perdido la fe y la esperanza . No llegan ayudas y no nos hacen caso. Los políticos, lo primero que deben de hacer, es escuchar a los profesionales porque una zona turística sin ocio nocturno pierde mucho valor y Cádiz vive principalmente del turismo».

Desplome de la facturación

En el caso concreto de la Punta de San Felipe, Miguel Ángel Veiga, de la sala Momart , lamenta «las pocas facilidades que nos ponen desde las administraciones. Además de pagar todos los meses por nuestro local, también nos cobran el IBI y el agua para mantener esto, cuando está todo abandonado». Su local acoge espectáculos aunque asegura que « de 1.500 personas que tenía de aforo, hemos pasado a 200 y es muy difícil que sea rentable».

Indica que esta crisis «ha sido para nosotros un palo tremendo porque la facturación se ha desplomado. Donde antes vendíamos 10, ahora es un 0,5».

Por su parte, Juan Manuel Carpinteiro, propietario del Soho , confía en que la situación mejore y puedan abrir de nuevo sus locales, al menos este verano. Considera que la Punta de San Felipe tendría muchas más posibilidades de las actuales aunque cree necesaria una mayor implicación de las administraciones «que lo único que hacen es echarse la pelota mutuamente».

Insiste en la necesidad de ayudas para el sector y de rebajas en las tasas y reclama un mayor cuidado de la zona, sobre todo de la parte superior de los bares, zona reservada para el botellón.

A su juicio, «si nos dejaran a los empresarios invertir en esta zona del botellón podríamos darle otro aire distinto a la zona de ocio de la Punta ». Juan Manuel recuerda que ya intentó instalar una terraza en la parte superior a su local para que sus clientes pudieran disfrutar de las inigualables vistas que tiene este enclave. «Solo pedía 300 metros de los 3.000 que tiene el botellón pero se me denegó», afirma este empresario que insiste en que el botellón «no nos beneficia nada».

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