VIRUS DEL NILO
El CSIC alertó en 2003 a la Junta sobre el virus del Nilo sin respuesta
Según la Estación Biológica de Doñana, «las medidas que se presentaron entonces son distintas a las que deberían tomarse ahora» para el virus
Los casos de virus del Nilo siguen presente y cada vez son más las personas que resultan dar positivo en esta enfermedad. Tanto es así, que la provincia gaditana ha entrado desde hace unas semanas en riesgo alto de contagio. Zonas como La Janda , por ejemplo, son claves ya que en ellas existen arrozales o zonas húmedas que sirven de descanso para las aves migratorias. Zonas en las que, según la Estación Biológica de Doñana, se debería haber trabajado hace años «pero la Junta no ha hecho nada, a pesar de tener informes». Por ello, a continuación se presentan una serie de aspectos a tener en cuenta frente a este virus ; como las zonas más afectadas de Cádiz, medidas preventivas y consecuencias en las personas infectadas.
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En primer lugar, el tipo de mosquito protagonista en este virus es el Culex que se infecta de las aves, que son las verdaderas portadoras de la enfermedad. El mosquito infectado puede transmitir la enfermedad a mamíferos, entre ellos caballos o personas, que actúan como fondo de saco epidemiológico. Este género de artrópodos habita en zonas húmedas como deltas de ríos, zonas pantanosas o lagos con abundancia de aves migratorias y mosquitos, el hábitat óptimo para su propagación. En las zonas de arrozal y sus alrededores es muy abundante este tipo de mosquitos. Por ello, La Janda es un lugar en el que estos están muy presentes ; era una antigua laguna y a día de hoy sigue habiendo micro lagunas en las que paran las aves.
«El virus se transmite entre aves a través del mosquito y lo infecta a las personas con la picadura»
Siguiendo en la misma línea, otros factores que contribuyen al aumento de este tipo de mosquitos son: las mejores condiciones climáticas, la abundancia de vectores en contacto con aves y humanos, y la presencia de aves migratorias infectadas. Además, Jordi Figuerola, investigador de la Estación Biológica de Doñana señala que este año hay más casos del virus del Nilo debido a que «la primavera fue muy lluviosa y al coincidir con el confinamiento, pues facilitó la acumulación de agua en zonas que debido a la actividad humana no se habría acumulado». Además, habría que cuestionar si en los arrozales se toman medidas preventivas, por ejemplo, habría que comprobar si los larvicidas se echan en sus aguas para evitar la presencia de estos mosquitos entre ellos.
Medidas
Con respecto a las medidas que se podrían llevar a cabo para disminuir esta especie de insectos y, con ello, evitar más enfermos de la encefalitis del Nilo; cabe destacar que «en el 2003, se le entregó a La Junta un programa de diagnóstico y control pero no lo han llevado a cabo» , indica el investigador de la Estación Biológica de Doñana. De lo que se trataba era de «detectar dónde están los mosquitos que pueden transmitir el virus y una vez detectadas las zonas, pues realizar un control para reducir la población del mismo». Estas medidas eran estándar. Ahora hay que añadir tratamientos diferentes, indica Figuerola. Hay mosquitos adultos y lo que interesa es matarlos, bajar su tamaño poblacional y evitar que los mosquitos infectados puedan picar a ningún humano. Esto se hace de dos maneras distintas. Por un lado, con tratamientos para que haya menos mosquitos pero, por otro lado, también depende de los ciudadanos y es evitar visitar zonas en las que haya muchos mosquitos. Es muy importante elegir el lugar más adecuado para la colocación de la trampa, ya que se podría colocar en el propio humedal, en la zona limítrofe o incluso fuera del humedal. La diferencia viene dada por el hecho de que, en función de la ubicación, se capturarán individuos recién eclosionados del huevo o individuos con una elevada probabilidad de haberse alimentado con sangre de algún hospedador. «Si las trampas están bien situadas este tipo de vigilancia es muy útil para detectar circulación vírica, y con ello establecer los periodos de riesgo».
«El confinamiento facilitó la acumulación de agua en zonas que con la actividad humana no habría»
Jordi Figuerola también señala que «el error en el que hemos caído en la gestión de esto es que creemos que solo crecen en los arrozales o los parques naturales. Los mosquitos que existen en estas zonas, se reproducen en esa misma zona. Pero se ha descuidado la parte de que dentro de pueblos y ciudades hay que hacer también controles de mosquitos, por muy lejos que estén de los arrozales». En los desagües de las calles , por ejemplo, es muy fácil que se reproducan. Dentro de las ciudades debe haber programas para prevenir estos mosquitos. Hay que prevenir primero que se acumule agua en estas zonas y segundo vigilar tratamientos pesticidas para evitar que las poblaciones de mosquitos se puedan reproducir ahí. «Con un trabajo de prevención para evitar esas poblaciones de mosquitos, evitaremos, por un lado, que piquen a la gente y, por otro lado, evitaremos problemas con la transmisión de enfermedades», indica.
Métodos de control
Los métodos de control de mosquitos han cambiado mucho. Si no se llevan a cabo «métodos de prevención pues tenemos que acabar con los mosquitos adultos y en estos casos, sí habrá daños colaterales porque son productos más generalistas y que pueden afectar a un mayor número de insectos». No se trata de que no haya ningún mosquito ; para controlar una enfermedad no hace falta erradicar el vector, basta con reducir su densidad lo suficiente para interrumpir la transmisión. Esto se hizo con la malaria, por ejemplo.
«No se trata de que no haya ningún mosquito sino de reducir su densidad e interrumpir la transmisión»
Desde la Estación Biológica de Doñana recomiendan evitar visitar zonas en las que haya muchos mosquitos, utilizar manga larga cuando se sale a primera o última hora de la noche, utilizar repelentes, poner mosquiteras en las ventanas y puertas de las casas y evitar tener en tu jardín o en casa lugares donde el agua se acumule que pueda tener mosquitos criando.
