Chiclana de la Frontera
El atún rojo de Almadraba, a exposición en Chiclana
Podrá visitarse en la plaza de las Bodegas hasta el próximo 10 de julio y las obras pertenecen a Francis Rosso
La plaza de Las Bodegas de Chiclana de la Frontera acoge hasta el próximo 10 de julio la exposición Almadraba, el oficio. Una muestra de dieciséis imágenes de gran tamal tomadas por el fotógrafo portuense Francis Rosso y cuyo objetivo es hacer un recorrido de la pesca del atún de almadraba a través de las diferentes personas que se dedican a la captación de atunes rojos en las aguas de la provincia de Cádiz, un sector que genera 581 puestos de trabajo directos y 6.800 indirectos.
Chiclana será la quinta localidad gaditana que acoge dicha exposición que ha estad presente en otros pueblos con tradición en la almadraba como Barbate, Zahara de los Atunes, Tarifa y Conil de la Frontera.
Durante la presentación de la exposición, el alcalde José María Román agradecía a la Organización de Productores Pesqueros de Almadraba que «haya tenido la buena memoria de recordar que la almadraba de Santi Petri es una de las más antiguas de España y traer esta exposición a Chiclana, cerrando el ciclo itinerante de estas muestras» y reconocía que «esta exposición llega en un momento importante, porque hace un par de semanas el ministro Planas trasladaba nuestros anhelos y demandas, que no son otras que la posibilidad de volver a calar la almadraba de Sancti Petri».
Según informaba el alcalde, la C omisión Asesora de Control de Pesca del Atlántico tendrá que reunirse y está previsto que haya un aumento en la cuota de ejemplares de atún rojo en España y por lo tanto recuperar la almadraba de Chiclana.
Un arte con más de 3.000 años de historia
La Almadraba de atún rojo consiste en una técnica de pesca artesanal que se lleva realizando en las aguas de la provincia de Cádiz desde hace 3.000 años.
Entre los meses de abril y junio, este arte de pesca de le época pre-romana se convierte en uno de los mayores atractivos turísticos, y también gastronómicos, en Cádiz. La captura de atunes de almadraba es un tipo de pesca sostenible debido a que los arponeros selecciones los ejemplares más grandes y dejan vivos a los que aún no han alcanzando la madurez.
La jornada en las distintas flotas comienzas pronto, muy pronto, incluso antes del propio amanecer. Las flotas de faluchos y acopejadores se adentran en el océano hasta llegar a la almadraba, lugar en el que se capturan los ejemplares.
Los marineros inician sus tareas al llegar a las inmediaciones del copo, círculo que forman los almadraberos. Los barcos, boyas y redes dibujan una escena diga de ver. Los arponeros se lanzan al agua y van seleccionando los mejores atunes.
Sin hacer daño al animal, van pescando a los distintos ejemplares y posteriormente son elevados con una grúa y se lleva a cabo el proceso denominado levantá.
Muchos de estos atunes se destinan a su comercialización durante la época de la almadraba para las distintas ferias que hay en la provincia durante esos meses. Sin embargo, debido al avance tecnológico, hay ejemplares que se pueden conservar para su consumo meses más tarde.
Una vez captura el atún, otro momento muy especial es el ronqueo, que consiste en el despiece tradicional del animal y que permitirá disfrutar de sus carnes sacando el máximo provecho.
El nombre del ronqueo procede del ruido que hace el cuchillo al pasar por el espinazo del animal y que recuerda al ronquido de una persona.
En primer lugar los ronqueadores le cortan la cola y la cabeza al atún, extraen las vísceras del animal y luego marcan los lomos. Estos animales cuentan con unas 27 partes comestibles, algunas muy conocidas como la ventisca y el lomo, pero con el paso de los años se han ido poniendo de moda otras como el tarantelo o el morrillo.
