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El 'Esmeralda' se abre a Cádiz

El buque escuela chileno, centro de la polémica tras la negativa del alcalde a subir a bordo, permanecerá abierto hasta este jueves para que gaditanos y turistas puedan visitarlo

r. jiménez
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El 'Esmeralda', buque escuela de la Armada de Chile anclado en el puerto de Cádiz desde el martes, ha abierto este miércoles sus brazos a la ciudad con el inicio de tres jornadas de visitas en las que gaditanos y visitantes tendrán la oportunidad de comprobar desde su cubierta la majestuosidad de este bergantín-goleta, hermano gemelo del Juan Sebastián Elcano.

La de este miércoles ha sido una primera jornada en la que el buque, que realiza su 60º crucero de instrucción, ha permanecido abierto al público desde la una de la tarde hasta las 20.00 horas, contado con el goteo constante de curiosos y turistas que no ha dudado en subir a bordo de este gigante de los mares para conocer desde dentro todos sus entresijos.

Durante las jornadas de este jueves y el viernes, el 'Esmeralda' recibirá a los visitantes en horario ininterrumpido desde las diez de la mañana hasta las ocho de la tarde, estando prevista su partida con rumbo a Recife (Brasil) el sábado.

Esta no es ni mucho menos la primera vez que el buque insignia chileno arriba a Cádiz, habiendo estado presente por última vez en la dársena de Cádiz en la Regata del Bicentenario. Y es que la historia del 'Esmeralda' está inexorablemente unida a la de la capital gaditana, pues su construcción se inició en 1946 a imagen y semejanza del Elcano en los desaparecidos –a consecuencia de la fatídica explosión del 1947– astilleros Echevarrieta y Larrinaga. En un principio estaba previsto que sustituyera al buque español 'Galatea', pero posteriormente fue vendido a Chile.

No obstante, esta última visita del 'Esmeralda' a la capital gaditana ha estado marcada por la decisión del alcalde, José María González, y su equipo de Gobierno de no visitar el buque por entender que simboliza «el asesinato de la democracia» por ser lugar destinado a la práctica de torturas durante la dictadura de Pinochet.

La polémica decisión del primer edil de la ciudad también se ha convertido en motivo de conversación de muchos de los gaditanos que este miércoles ha estado a bordo del barco. Algunos, como Vicente Viqueira, respetan la opción del alcalde puntualizando que «independientemente de la historia del barco, su presencia en Cádiz se convierte en un atractivo turístico».

Otros se mostraban más tajantes y reprochaban la actitud de José María González. «Me parece impresentable su postura. Como persona puede tener unas ideas y entiendo que no esté de acuerdo con todo lo que ocurrió en el Esmeralda, pero como alcalde tiene que representar a la ciudad y acudir a este tipo de actos», explica Fernando Moreno.

Incluso uno de los jóvenes tripulantes del navío quiso dar su opinión al respecto: «La historia del barco está ahí, pero eso ya pasó. El Chile de hoy día no tiene nada que ver con aquel. Somos una embajada flotante que solo tiene la intención de dar a conocer nuestra cultura y nuestra gente».

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