entrevista

Vicente Sánchez: «Cádiz no puede permitirse el lujo de pararse»

El portavoz adjunto del Grupo Popular, y exconcejal de Fiestas, defiende a capa y espada la gestión del Gobierno de Teófila Martínez

jose maría vilches
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Mucho tiempo en la primera escena política y ahora le toca estar en un segundo plano. ¿Qué tiene que decir si mira hacia atrás? 

—Uno debería entrar en política por vocación de servicio y porque le gusta, en gobierno o en oposición. Si un día descubres que no pones la misma pasión en los dos sitios es que, realmente, no tenías esa vocación o que no te gustaba tanto. No es mi caso. Si miro para atrás me siento realmente orgulloso de haber pertenecido al equipo del mejor alcalde o alcaldesa que ha tenido y tendrá esta ciudad en mucho tiempo. 

¿Y si mira hacia adelante? 

—Seguiré con las mismas fuerzas y las mismas ganas, pero también con la misma humildad.

Hoy, más que nunca, esta ciudad necesita una oposición fuerte y comprometida. Cádiz no puede permitirse el lujo de pararse, de vivir de gestos, de demagogia, de no avanzar ahora que estamos saliendo de la crisis. Hemos perdido una alcaldesa que llegaba la primera al Ayuntamiento todas las mañanas y que se iba la última, que se recorría todas las calles una a una, que ponía una ilusión y una fuerza extraordinarias en todo lo que hacía, que tenía el don de estar en varios sitios a la vez y de resolver problemas continuamente.

Ahora le llamará menos gente… 

—Seguramente, pero mi teléfono está lleno de contactos de personas que valen mucho la pena y que no tienen por qué coincidir, necesariamente, con mis ideas. He hecho muchos amigos dentro del mundo del deporte y del carnaval en estos años y estoy seguro de que no los voy a perder ahora. Las personas están por encima de los cargos. 

¿Es la política agradecida? ¿Cómo ha vivido estos años tan relacionado directamente con una fiesta tan controvertida como el Carnaval de Cádiz? 

—Bueno, yo he aprendido mucho de la política y de la gestión diaria, de la enorme experiencia que ha supuesto estar al frente en concreto de una delegación tan compleja como es la de Carnaval en esta ciudad, pero lo he hecho con mucha humildad, dejándome aconsejar muchísimo y poniendo lo mejor de mí mismo, acertando algunas veces y equivocándome también, por supuesto.  

¿Cuál ha sido la mayor crítica que se le ha hecho? ¿Se la merecía? 

—Curiosamente, la crítica mayoritaria que se me hacía en las letras de carnaval tenía que ver con el hecho de que no me riese mucho siendo concejal de Fiestas, pero realmente, para mí, era el trabajo más serio del mundo. Aún así, no me gusta cuando un responsable público deja un cargo y va pregonando continuamente lo mucho que ha trabajado y dado la cara por su ciudad. Yo no considero que haya trabajado más que un artesano del carnaval preparando sus mejores atrezos, el autor que afina su agrupación hasta los últimos detalles o un periodista que cubre el concurso un mes entero. Pero la labor que se realiza a través de la administración pública, como es el Ayuntamiento, también es importante y muchas veces se minusvalora. Cada uno tiene su papel y, entre todos, creo que hemos construido un Carnaval de Cádiz mejor en estos años. 

De la última cabalgata de Reyes, mejor ni hablar...

—Se puede hablar. Y reconozco que fue un error apostar más por la seguridad que por la vistosidad, pero hubo malas experiencias en años anteriores, en toda España, con incluso alguna trágica muerte de algún niño, y primó la seguridad. Pero si hablamos de cabalgatas prefiero poner el foco en el balance. Organicé 25 cabalgatas, entre las de Reyes y Carnaval. 24 estuvieron bien, algunas de ellas incluso muy bien, y solo una no estuvo a la altura. Tras esa última, dije que callaría muchas bocas con la siguiente de Carnaval. Y así fue. Guardo un buen sabor de boca porque, en eso coincide todo el mundo, fue la mejor de la historia.

—¿Con qué cara va a uno a la oficina del paro cuando posiblemente nunca pensó en que tuviera que ir?

—Yo no soy distinto al resto de personas, no sé qué es eso de la casta y mucho menos si hablamos de administraciones locales, las más cercanas al ciudadano. Por tanto, cuando he tenido que ir, lo he hecho con la mayor tranquilidad, satisfecho de vivir en un país que te da esa posibilidad. Y lo hago como tantos españoles. Sé que algunas personas se alegran porque yo tuviese que pasar por ahí, pero bueno, me complace hacer feliz a alguna gente con tan poco. 

—¿Se plantea otras metas profesionales? 

—Creo que lo verdaderamente importante es tener una formación que te permita tener posibilidades junto con la política, o al margen de ella. En mi caso la tengo, ya que soy licenciado en Derecho. 

Ahora los de Podemos dicen que van a bajarse los sueldos... ¿Cómo valora este gesto? 

—Es un gesto vacío más, dentro de la política de escaparate que estamos viviendo ahora. Y eso es así, porque de lo que no habla el alcalde es de los nueve asesores que va a contratar. Y si tu partido lleva por bandera la eliminación de los asesores en las administraciones públicas, ahora cuando gobiernas no puedes hacer justamente lo contrario. 

Y qué opinión le merece que, pese a que el nuevo alcalde sea un hombre del mundo del Carnaval, no otorgue exclusividad a la concejalía de Fiestas y la una a la de Participación Ciudadana, Transparencia y Servicios Municipales...

—No me gusta ver al Carnaval diluido entre varias delegaciones distintas. Nosotros creamos una delegación específica de Carnaval, no sólo porque creíamos en ello como un fenómeno cultural, sino porque sabíamos de su relevancia económica y social y, con ello, todo lo relativo a la llamada industria del carnaval que tanto aporta al bienestar económico de esta ciudad y a la creación de empleo. Esta relevancia nos permitió conseguir la Capitalidad Iberoamericana. En cualquier caso, también hemos sido nosotros los que abrimos la gestión pública del carnaval al mayor número de colectivos con la creación del Patronato del Carnaval. 

Momentos de cambios. Hasta le ha dado a Martínez Ares por volver al Falla… 

—Me alegro muchísimo de la vuelta de un grande de nuestro carnaval como es Antonio. Se va a encontrar un concurso mucho mejor del que dejó cuando se fue: sus seguidores no tendrán que dejarse todo su dinero en una reventa cruel o jugarse el físico en una cola peligrosa, podrán seguirlo por la televisión desde preliminares y no esperar hasta semifinales para ver algo en diferido, nadie le chillará desde paraíso porque ahora las entradas están personalizadas y no se pueden regalar a la salida, como antes. Su representante  podrá, a través del Patronato, decidir sobre el reglamento, el jurado, la organización del concurso, el calendario. No se encontrará imposiciones. Verá un concurso con preliminares, cuartos, semifinales y final, mucho más dinámico. No tendrá que preocuparse por asumir los costes de su agrupación, ya que cobrará los derechos televisivos, quede el último o el primero. Además, se le contratará para el circuito de agrupaciones, para los tablaos del primer sábado, para el batallón de coplas, para la cabalgata... Todo eso es posible gracias a la labor de la asociación de autores y al papel del resto de asociaciones y Ayuntamiento que conforman el Patronato del Carnaval, precisamente ahora en entredicho. 

Carnaval para los gaditanos y de los gaditanos, han dicho… 

—En concreto han dicho que el año que viene el Carnaval será organizado por los gaditanos, como si los que lo hubiésemos organizado hasta ahora fuésemos marcianos o algo así. Es triste porque el esfuerzo y labor de tantas y tantas personas representando al mundo asociativo del Carnaval en estos años ha sido enormemente beneficioso para la fiesta. Antes he hablado del concurso, pero esas personas, que además son de Cádiz, han contribuido a una programación mucho más rica, con un gran pregón, una cabalgata mejorada, unos carruseles más amplios, mantener y ampliar las actividades de las peñas, un primer sábado con una presencia masiva de agrupaciones en la calle: batallón de coplas que ha sido todo un éxito, escenarios por la noche...  Este último Carnaval lo llegó a calificar Horeca como el mejor Carnaval de la historia. Para haber sido organizado por marcianos, no estuvo nada mal… 

Después de estos 12 años dentro del Carnaval, ¿de qué personas se acuerda? 

—En primer lugar de los que me han acompañado en el Patronato desde las distintas asociaciones en una colaboración y un trabajo completamente desinteresado y poco agradecido. Así, recuerdo en la asociación de autores, en mis primeros años, a José Antonio Valdivia, persona con un carácter muy complicado, muy batallador, pero que le tengo que agradecer tanto por tantos acuerdos y estar siempre cerca, pusimos la base del concurso actual beneficiando a las agrupaciones, los verdaderos protagonistas. Ahora más reciente a Miguel Villanueva, incansable e insustituible. A Antonio Procopio, que tanto ha hecho por los coros, Quiñones, de antifaces de oro, Julio Pardo y tantos otros. Y en la otra junta Manolo Henry, todo fuerza y voluntad, Jesús García Suero, efectivo al máximo en su trabajo con las peñas. No sé, muchos… 

¿Y de fuera de la organización?

—Muchos, con un corazón que no les cabía en el pecho. Lo pasé genial con ellos y lo seguiré haciendo. No sé, me acuerdo por ejemplo del Popo, de la chirigota del Lupo, grandes ratos, fantástica persona… El Gago, que me dio la oportunidad de pisar las tablas del Falla en una final, nada más y nada menos, como figurante de su cuarteto. Muchísima buena gente. Y también los que ya no están, recuerdo con mucho cariño por su trato al Peña, al Lamas, el gran Enrique Villegas… 

¿Y con qué experiencia personal se queda dentro del carnaval? 

—Pues mira, aunque, lógicamente, me separa mucho ideológicamente de Juan Carlos Aragón, tendré que agradecerle siempre que me permitiese acompañarle en ese viaje que hizo a Montevideo junto a su comparsa con motivo del primer premio de Araka la kana, en el 2007, hermanándose con la otra Araca. El primer día yo era, simplemente, el concejal, pero al tercero era un componente más de la comparsa. Descubrí un Juan Carlos desconocido para mí, con el que se podía hablar de todo y gané 15 amigos para siempre. El éxito de la comparsa en Uruguay fue arrollador y la experiencia para mí irrepetible, descubrí lo que puede ser la convivencia de una comparsa por dentro y el compañerismo en cualquier circunstancia. No fue un viaje cómodo para ninguno, pero sí muy divertido. Ya no queda prácticamente ninguno de ellos en la actual comparsa, pero aquello lo recordaremos siempre y a mí me sirvió para conocer el carnaval desde otro punto de vista.

Vamos a ponernos muy serios… ¿Qué futuro le augura a esta ciudad? ¿Hay que darle al nuevo equipo cien días para poder valorar su forma de gobernar o ya se puede adelantar algo? 

—Nosotros pedimos el voto en la pasada campaña con el objetivo de que Cádiz no diese un paso atrás y, desgraciadamente, va camino de darlo. Lo que me temo es que pasen precisamente esos cien días y el nuevo equipo no haya empezado a gestionar todavía. Muchos gestos, mucha política de cara a la galería, pero nada de gestión y sí malas maneras, como la falta de dialogo con el resto de grupos en temas importantes para la ciudad. 

¿Nunca le entraron ganas a Teófila Martínez de intentar frenar un desahucio? 

—Teófila Martínez ha frenado cientos de desahucios. Sólo en el año 2014, evitó 184 con las ayudas sociales. Eso sí, sin cámaras nacionales y sin su numerito correspondiente. 

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