La avenida Juan Carlos I se construyó con el soterramiento de la vía del tren
La avenida Juan Carlos I se construyó con el soterramiento de la vía del tren - L. V.
Cádiz

La herencia de Teófila

El soterramiento, la celebración del Bicentenario o la construcción del barrio de Astilleros son algunos de sus hitos

Antonio M. de la Vega
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Teófila Martínez ya es parte de la historia de Cádiz. Para unos su gestión habrá sido mejor y para otros peor, pero objetivamente son veinte (como mínimo) los años que ha ocupado el sillón de José León de Carranza, de Fermín Salvochea, de Cayetano del Toro, y veinte años es mucho tiempo.

Tras ella deja una herencia que nadie le puede negar. Pasará a la historia como la mujer que cosió Cádiz y la que impulsó el acercamiento de la ciudad a la Bahía, la alcaldesa que llenó Cádiz de macetones y la que limpió sus calles como nunca antes, la santanderina residente en El Puerto que volvió a llevar el nombre de Cádiz por el mundo y la que le enseñó el mundo a Cádiz a través de su tele y sus pantallas LED.

Veinte años dan para mucho y, aunque sin duda podría haber sido más y mejor, la herencia de Teófila es ya patrimonio de los gaditanos. También pudo ser menos y peor, no hay duda.

De entre las cosas que ha hecho en estos veinte años hay varios hitos que merecen ser destacados por lo que han supuesto para la vida de los gaditanos.

El soterramiento

Es sin duda la actuación que marca la gestión de Teófila Martínez. Costó convencer al Estado, pero se consiguió y en apenas tres años la vía del tren desapareció de la vista de los gaditanos. El soterramiento cambió por completo la fisonomía de la ciudad, la suturó física y socialmente. Sirvió para mejorar las comunicaciones, para ganar nuevas espacios urbanizables, sobre todo con una nueva avenida. Con el soterramiento y la caída de las pasarelas se acabó con el Cádiz a dos velocidades. La Laguna se encontró con Loreto, Trille se encontró con el Cerro del Moro.

Hay varias generaciones de gaditanos que no pueden siquiera imaginarse su vida en la ciudad con una barrera como la que había en Cádiz antes del año 2002. Teófila sabe que nadie puede criticarle el éxito de aquella apuesta firme con la que abonó el camino para llegar al Ayuntamiento. Otros hablaron de que existía esa posibilidad, pero nadie la defendió con su vehemencia.

Por eso, trece años después, sigue presentando el soterramiento como uno de los grandes éxitos de su gestión. El problema para ella es que esos mismos gaditanos que no se imaginan vivir separados por una vía tampoco son capaces de valorar lo que supuso para la vida de la ciudad, simplemente porque nunca tuvieron que cruzar la pasarela.

El Bicentenario

Uno de los momentos más brillantes de la historia de la ciudad de Cádiz, la celebración del bicentenario de la Constitución de 1812, quedará indisolublemente unido al nombre de Teófila Martínez.

Tampoco fue la primera en poner sobre la mesa la importancia de conmemorar la fecha, pero sí fue la que ideó el plan, la que soñó con que Cádiz pudiera acoger una Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y la que se peleó con todas las administraciones para que no dejaran sola a Cádiz en el empeño de volver a convertirse por unos meses en la capital atlántica, en el centro de las ideas y las libertades.

Lástima que la crisis se cruzara por medio y lo que se preveía un gran despegue para la ciudad se quedara a medias. Pero no hay que quitar valor a lo que se vivió en la ciudad en 2012. Los focos estuvieron puestos sobre Cádiz no solo con la celebración de la Cumbre, también por su doble condición de Capital Iberoamericana de la Cultura y del Carnaval. Hubo eventos culturales de calado y se consiguieron fondos para rehabilitar el Oratorio de San Felipe Neri y para recuperar para el uso público el Castillo de San Sebastián.

La Junta y el Estado pusieron el dinero en estos casos. Pero Cádiz encabezó, como no podía ser de otra manera la organización de los eventos. El equipo de Teófila Martínez puso la Cárcel Real al servicio de la causa, rebautizándola como Casa de Iberoamérica, creo una empresa municipal y una concejalía –que aún funcionan– para trabajar en torno a los festejos.

Hoy se encargan de recoger y gestionar los frutos de aquella fecha mágica que sirvió para poner de nuevo a Cádiz en el centro de las relaciones entre España e Iberoamérica. Hoy en día Cádiz es miembro de la Unión de Ciudades Capitales de Iberoamérica, un honor que tiene mucho que ver con el excelente cartel de la que ha sido durante dos décadas alcaldesa de Cádiz al otro lado del Atlántico.

El nuevo frente de la Bahía

Otro de los grandes hitos de la gestión del PP al frente del Ayuntamiento de Cádiz fue la construcción del barrio de Astilleros. La ciudad logró la titularidad de los terrenos ociosos de la factoría naval y a finales del pasado siglo comenzó la construcción de 1.417 viviendas en torno a las que nacía el barrio más joven de Cádiz.

Ha costado mucho dotarlo de servicios, pero han ido llegando el parque Celestino Mutis, la piscina municipal, el mayor centro comercial de la ciudad o la Casa de las Artes construida por la Junta de Andalucía en un terreno cedido por el Consistorio.

Esta tremenda novedad vino acompañada con una actuación integral en todo el frente marítimo de la Bahía. El paseo que nace en Astilleros, continúa por la Barriada de la Paz y termina en Puntales es una de las grandes obras ejecutadas por el equipo de Teófila Martínez y que ha cambiado por completo el aspecto de estos barrios.

El nuevo Estadio Carranza

La construcción del nuevo estadio ha sido uno de los proyectos más criticados por los partidos que han estado en la oposición municipal en los últimos años. Es cierto que ha supuesto una inversión enorme en tiempos de crisis y que ha generado una importante deuda con entidades bancarias, pero el resultado es espectacular. Quizá demasiado, no en vano es una estadio de Primera para un equipo (de momento) de Segunda B.

El edificio ofrece muchísimás posibilidades más allá de las deportivas, pero no se ha conseguido explotarlo como se esperaba, más allá de la instalación de un supermercado y las oficinas que han sido ocupadas por administraciones públicas. Aún hay que adjudicar los espacios de la Tribuna, incluido el hotel allí proyectado.

El segundo puente

No se le puede apuntar a Teófila, pero sin ella probablemente no hubiera sido posible. Los diferentes gobiernos de la nación han respaldado menos o más el proyecto, llegando a paralizarlo en tiempos de Rodríguez Zapatero, pero en los últimos años ha recibido el empujón definitivo, que debe culminar con su inauguración en los próximos meses, puede que ya sin Teófila Martínez en la fotografía del corte de cinta.

No es una obra del Ayuntamiento, aunque a veces se haya confundido de forma interesada por parte del propio equipo de Gobierno del PP, pero sí que fue impulsada desde Cádiz, como reza en los carteles que han poblado la ciudad desde hace años. Teófila Martínez llegó a recoger firmas por la calle para que la obra que no se paralizara.

Espacios culturales

Otra parte de la herencia de Martínez es la creación de múltiples espacios culturales. Se encontró dos museos a su llegada y en estos años ha puesto en marcha el Espacio de Creación Contemporánea, el Museo del Títere, el Museo Litográfico, el Centro de Arte Flamenco de La Merced, el Centro Reina Sofía, el recuperado y remozado Castillo de Santa Catalina o el Teatro del Títere, con una mención especial para el Yacimiento Gadir, una auténtica joya cultural para una ciudad que no puede desprenderse de su valor histórico como es Cádiz. Se quedan en el tintero la reconstrucción del Teatro José María Pemán y el Museo del Carnaval.

Recuperación de edificios

Ha costado mucho tiempo y esfuerzo, pero al fin el equipo de Teófila Martínez logró firmar un acuerdo con la Junta de Andalucía para recuperar la titularidad de diversos solares y edificios de la administración autonómica en la ciudad. Así, en los próximos meses se recepcionarán espacios como la Residencia de Tiempo Libre, la Escuela de Náutica, el solar del Chalet de San Luis, el destinado al albergue juvenil y que va a acoger viviendas o la plaza de la Reina. Este acuerdo es fundamental para el devenir urbanístico de una ciudad sin posibilidades de crecer y con un suelo colmatado. También se llegó a un importante acuerdo con una empresa privada para obtener la titularidad de los antiguos Depósitos de Tabaco de Loreto, que se deben convertir en uno de los grandes contenedores culturales de la ciudad.

Parque de viviendas

Aunque el déficit en este sentido es más que evidente, más por la cantidad de pisos cerrados que por la necesidad de construir otros nuevos, se ha desarrollado un importante trabajo en los últimos veinte años. Lo más destacable es la rehabilitación integral del casco histórico. De ello se ha encargado fundamentalmente la Junta de Andalucía, que se quedó con las competencias exclusivas en esta materia, no sin pelea política por ello. Pero el Ayuntamiento ha velado por la recuperación de fachadas históricas y por el mantenimiento general del casco. Además, ha levantado un buen número de viviendas municipales en barrios como Santa María y en diversas zonas de Extramuros, con especial atención a los jóvenes en la zona de Puntales.

Con todo esto, es cierto que hay puntos negros en estos veinte años. Sigue habiendo cientos de infraviviendas en la ciudad, por más que se saque pecho con la inversión en ayudas sociales eso no es más que el reflejo de una situación estructural de paro. Son casi 17.000 desempleados y muchos menos habitantes que hace veinte años, con una mayoría de emigrantes jóvenes. No es cuestión de poner las cosas en una balanza. Para cada cuál habrá parámetros diferentes. Solo el tiempo pondrá a cada uno en su sitio y Teófila Martínez, la única alcaldesa de Cádiz, lo tendrá.

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