Pérez Godoy abre las puertas de la Semana Santa

El pregón íntimo del que vive la Semana Santa desde el recogimiento y la entrega a la labor cristiana. Ese ha sido el mensaje del sacerdote salesiano Juan Carlos Pérez Godoy, que ha marcado hoy el inicio de esta semana grande, que «Cádiz vive con pasión de amor».

El pregonero ha comenzado compartiendo la enorme satisfacción que le ha supuesto el nombramiento, un honor con el que nunca llegó a soñar. Y lo ha disfrutado acompañado de su familia y vecinos de Burguillos, su pueblo natal y de toda la comunidad cofrade gaditana. Ya le quebró la voz al comienzo tras oír las cariñosas palabras que el periodista Juan Manzorro, pregonero del año pasado, le ha dedicado a modo de presentación, en la que ha tenido muy presente a los padres del sacerdote y los fuertes lazos que lo unen a Cádiz.

Ha arrancado emocionado Juan Carlos Godoy con un inicio muy personal. Su Despojado y esa primera experiencia ante la imagen cuando llegó a la casa salesiana ha sido el punto de partida de un recorrido por todas las imágenes y corporaciones de la ciudad, a las que ha dedicado cariñosas palabras de admiración, especialmente a la cofradía de Las Penas, que este Domingo de Ramos no saldrá en procesión. El sacerdote ha invitado a los gaditanos a visitar al Señor en su parroquia de San Lorenzo.

Y ha llamado a la unidad de los hermanos en las cofradías. «No más denuncias ni más corporaciones en los juzgados». Pérez Godoy ha mostrado su deseo de que reine la concordia y se vele por el beneficio común más que por el propio.

«Sin eucaristía no hay vida cristiana», ha continuado para reivindicar el papel del sacerdocio, que ha considerado un don que «debemos poner los directores espirituales al servicio de las hermandades». Y servir de ejemplo con las actitudes y el comportamiento, no sólo durante la preparación de la Semana Santa.

Alternando la prosa con el verso, el pregonero ha compartido los sentimientos y la relación tan especial que le une a la cuidad con experiencias tan personales como la primera vez que salió de penitente con la Hermandad de La Piedad «Estoy identificándome contigo Señor» y fue entonces cuando descubrió que «desde fuera no se alcanza a ver la riqueza humana de esta experiencia».

Las tradiciones cofrades han tenido espacio, una herencia a la que no hay que renunciar, ha anunciado el pregonero, «la carga, la horquilla, la maniqueta, son tradiciones que no se pueden olvidar», pero también saber compatibilizarlas con la renovación y la entrada de los jóvenes en las cofradías, con voces que han de ser tenidas en cuenta.