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CHOCHITO DE ORO

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Pensé que jamás lo verían mis ojos y me equivoqué. ¡Un político ha dimitido! (Político soy, mas político enamorado). Y eso que le costó lo suyo. La historia viene de un gasto de 40.000 euros en revisiones ginecológicas que supuestamente había apoquinado Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno. Un tal Xaquín Charlín, concejal del BNG de Cambados con nombre de chino de toda la vida, Xaquín Charlín, hizo una entrada –ya eliminada– en su blog personal (los tertulianeses lo llaman ‘bitácora’, como si fueran capitanes de un navío que se adentrara en oscuras mares embravecidas) llamada ‘Chochito de oro Sainz (sic) de Santamaría’.

Me alegro de que este caballero galaico haya dimitido porque no ha apencado en Despeñaperros. Primero sacó gallardura ante la prensa y dijo: «no se trata de ningún insulto sino de una realidad, ya que cómo alguien puede gastar 40.000 euros en un ginecólogo». Después, tras pedir su dimisión la portavoz del Partido Popular; manifestar su compañero de partido, Francisco Jorquera, que el comentario era «absolutamente reprobable» y espetar la que suponemos sería para Charlín ‘chochito de plata’ Soraya Rodríguez (PSOE) que sus calificativos eran «repugnantes y condenables», el pobre Xaquín ha tenido que entregar la cuchara.

Yo estoy seguro de que a la vicepresidenta estas declaraciones le han importado menos que nada, ella va a lo suyo. Conozco alguna mujer como ella: pequeñita, inteligente, con aires de mandona, dos cojones como los del caballo de Espartero (perdón, he dicho Espartero). Dirá que si se puede permitir ese ginecólogo, su cuerpo lo disfruta y que aunque la crisis se ha llevado por delante al Rey don Juan Carlos por ir a cazar elefantes, toda persona puede utilizar su peculio particular en lo que le parezca oportuno. Esta es la maravilla del correctismo político: se permite criticar que gaste ese dinero en la propia salud (y también se permite el cachondeito), pero, ojo, no vayamos a despertar al durmiente observatorio de turno y turna, que te cuesta la cabeza.

Debo disculparme. Yo iba a dedicar este artículo al don genial Antonio Burgos, flamante Premio Luca de Tena, articulista de ABC desde su sección titulada ‘El Recuadro’. Por cierto, desconozco por qué tanta gente yerra y le atribuye su nacimiento a Sevilla, cuando de todos es conocido que fue parido en la ciudad de Cádiz. En todo caso –tenga caseta privada en la Feria de Hispalis o palco privado en propiedad en la plaza de toros de Gades– él mejor que nadie ha de comprender que si nuestra abigarrada vice es el chochito de oro, al autor de las ‘Habaneras de Cádiz’ le debe ser otorgado el título nobiliario de ‘picha de oro’. Pues aludir a la pluma de, suena a Catulo.