opinión

Las divinas palabras: manda 'güevos'

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Cuando he leído las conclusiones de la ‘Comisión’, he aspirado tan profundo, que de igual forma que Bono hubiera pronunciado ‘egspañoles’, a mí se me ha atragantado la ‘h’ y se me ha clavado en las amígdalas en forma de ‘g’. Aún estoy a base de pastillas juanolas, dada la inflamación producto de la aspiración. Algo así como cuando se te ponen las pelotas de corbata, para lo cual no bastan las vulgares juanolas y hay que pasar de forma decidida al angileptol menta comprimido.

Bajada ya la inflamación porque la vida sigue, en caso contrario estaría pidiendo auxilio por asfixia de forma casi permanente, leo la carta enviada por el exinterventor general de la Junta de Andalucía, uno de los dos ‘empurados’ políticos por el caso ERE, a esa cosa llamada Parlamento que hace cosas como esa ‘Comisión’. Todo ello por decir algo. Todo un esperpento. La misiva en forma de ‘Divinas Palabras’. Divino de la muerte. Valle Inclán en estado puro. Suponía esa tragicomedia la culminación de un ciclo mítico, con estética cercana a los esperpentos. El guión remite a situaciones de crueldad, tratadas en él de forma cómica. Se aúnan lo trágico y lo grotesco, encontrando como guía de todo ello al Goya de los disparates y de los caprichos. Todo lo cual aderezado con un importante número de personajes sórdidos y miserables. Hizo bien el señor Gómez Martínez en titularla en esos términos.

Cuando comenzaba el caso era conocido como caso ‘Mercasevilla’. Entonces, una más que avezada consejera, decía que era «cuestión de un golfo desaprensivo». Cuando el asunto comienza a ser instruido con maestría por su señoría y ya era conocido como el de los ERE´S, esa misma política indicó que sólo se trataba de cuatro golfos. A fecha de hoy hay 57 imputados. Los comunistas, como son llamados por los socialistas los de IU de forma generalizada, los que iban regenerar las instituciones, los que establecerían la tolerancia cero, son los que llaman a los que yo llamo en algunos casos sociolistos, y los comunistas como socialtraidores, han puesto en bandeja de plata las cabezas de Guerrero y la de Gómez Martínez. Es decir, de cuatro golfos, de los que solo en Cádiz conocemos a dos, y de los 57 imputados, hemos pasado a dos.

Me quedo con una parte de esas ‘Divinas Palabras’. Esa que contraviene el sentido técnico jurídico y los casos en los que procede el llamado informe de actuación. La Comisión se ha arrogado funciones legislativas y ha modificado la conceptuación del término y los supuestos en los que se debería desencadenar el mismo. Manifiesta su procedencia «cuando tenga la sospecha de que una actuación pudiera causar un daño a la Hacienda Pública». Para ello, se ha acuñado por algunos miembros de la Comisión «el imaginativo concepto de menoscabo potencial de fondos públicos». Pues bien, aplicando esa doctrina auspiciada por una especial y cualificada caterva de indocumentados parlamentarios, solo hay que examinar sus curriculum, «toda la gestión económico-financiera del sector público de la Junta de Andalucía quedaría inmediatamente empantanada». Quizás sea el párrafo más expresivo y con el que lo encumbro a la condición de divinas palabras, divinas de la muerte.