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La Junta juega a los chinos con Delphi

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La cara de rabia y la sensación de impotencia que muestran los extrabajadores de Delphi ante la Junta resulta entendible. Se les escapa el último tren para lograr su recolocación y la gestión de la Administración regional no ha sido muy ágil para favorecer la instalación en Puerto Real de la multinacional asiática Beijing West Industrias (BWI). El colectivo de Delphi no goza en estos momentos de la simpatía social que cosechó hace cinco años cuando los americanos cerraron la planta del Trocadero y dejaron en la calle a 1.552 personas. El trato especial que han recibido durante este tiempo en materia laboral, con cursos de formación remunerados, y la preferencia que tienen con respecto a otros desempleados gaditanos en cuanto a su reingreso en el mercado laboral son espinas que están clavadas en la conciencia popular de la provincia desde que empezó la crisis. No obstante, se trata de un privilegio otorgado por la propia Junta en julio de 2007. Su entonces presidente, Manuel Chaves, y el consejero de Empleo, Antonio Fernández, se comprometieron por escrito a apoyar a los exdelphi hasta lograr su recolocación. El tiempo pasa y las palabras se las lleva el viento, pero los afectados por el cierre de la planta guardan como oro en paño ese documento, que ahora la Junta ha roto alegando que no tiene más dinero para seguir con ese apoyo económico. La decisión del Gobierno regional ha coincidido en el tiempo con las negociaciones llevadas a cabo enter el viceconsejero de Empleo, Luis Nieto, y los responsables de BWI, interesados en abrir una fábrica de amortiguadores en las naves de la antigua Delphi. Se trata de un proyecto serio, que además cuenta con un contrato suscrito con Opel y Ford para desarrollar estos competentes.Los asiáticos tienen prisa y han impuesto sus reglas del juego para cristalizar la inversión en la Bahía. La Junta, por su parte ha jugado con ellos a los chinos. Se ha echado en falta la presencia del presidente Griñán en los contactos. No se entiende que una inversión de estas característica, que implica la creación de 700 puestos de trabajo en cuatro años, estuviera pilotada en solitario por un viceconsejero. Los extrabajadores de Delphi han ido por delante de la negociación en todo momento. Los asiáticos destacaron que no podían pagar los salarios que recogía en España el convenio del metal y fueron los propios representantes de los exdelphi quienes dieron un paso al frente y aceptaron rebajar el coste salarial. Problema solucionado. Pero Griñán seguía sin aparecer. No hay que olvidar que el presidente gallego,Alberto Núñez Feijoó, del PP, no dudó este verano en coger un avión para viajar a México y atar una inversión millonaria para los astilleros de Ferrol. Aquí, en la Bahía, el viceconsejero seguía mareando la perdiz hasta que los asiáticos han frenado su interés hasta nueva orden. Ahora el problema son los terrenos, sometidos a un proceso concursal. Se espera que Griñán no deje pasar esta segunda oportunidad.