El toque andrógino

Es un chico o una chica? La pregunta se dejó de escuchar hace unos meses en el ‘front row’ (primera fila) de las principales pasarelas internacionales. Ni siquiera cuando una larga melena rubia, con unos sugerentes labios carnosos y un cuerpo sin curvas hace su aparición con un modelito que también juega al despiste de si es para ellos o ellas. El bosnio Andrej Pejic abandera el último grito en el mundo de la moda: los modelos andróginos. Atrás quedaron las curvilíneas figuras de Claudia Schiffer, Cindy Crawford y Naomi Campbell. También ha pasado a la historia el delgadísimo cuerpo de Kate Moss. Ahora el ‘look’ andrógino invade las pasarelas y las campañas publicitarias de las marcas con más renombre. La ambigüedad sexual vende. Y no solo en mujeres. También ha calado fuerte entre los hombres. Los músculos trabajados y las espaldas anchas ya no lucen como antaño en las pasarelas.

A Andrej se lo rifan los principales diseñadores. Es la sensación de la temporada. Su andrógina silueta no falta en los desfiles de John Galliano, Paul Smith y Marc Jacobs. Incluso Jean Paul Gaultier se ha rendido a los pies de este imberbe chico de 19 años con apariencia de chica y le ha ofrecido ser la imagen, junto a Karolina Kurkova, de su nueva colección. Su caché se ha disparado en los últimos meses. ¿El secreto? Andrej lo tiene claro: «Tengo lo mejor de ambos sexos». Un camaleón en estado puro que lo mismo puede pasar en una sesión fotográfica por hombre o por mujer. Y todo en un mundo en el que ambos sexos comparten el armario cada vez más. A ellos no es tan difícil verlos en faldas y a ellas con corbatas y con estilismos de lo más masculinos.

También las mujeres

Esta tendencia lleva abriéndose hueco desde hace una década, aunque ahora ha sido el boom de la mano de Andrej. Algunas de las principales modelos femeninas internacionales de los últimos años presumían y se diferenciaban del resto por sus facciones angulosas y marcadas, mandíbulas prominentes, pelo cortísimo engominado con la raya al lado y siluetas rectas sin apenas pecho y caderas. Belleza masculina o rasgos neutros, que decían los expertos por aquel entonces.

Con estas características, Iris Strubegger y su ambigua imagen se han erigido en musa de nombres como Donna Karan, Vera Wang, Issey Miyake o Alexander Wang. A la modelo austriaca se le unen en las principales pasarelas nombres como el de Stella Tenant, Iris Palmer, Malgosia Bela, May Anderson... y Bimba Bosé, que ha sido la representante española de esta tendencia en los últimos años. Hasta la mismísima Gisele Bündchen muestra su lado más andrógino en la nueva campaña que Balenciaga estrenará en los próximos días para publicitar su colección primavera-verano 2011. Unas imágenes en las que la top se olvida de su lado más sexy y sus espectaculares curvas y en las que aparece con el pelo engominado, sin maquillaje y con prendas holgadas.

Para ellos y ellas

Diseñadoras como Stella McCartney, Frida Giannini, Gucci, Hermes o el español David Delfín tienen ya propuestas que juegan con la ambigüedad y en las que es difícil establecer una frontera entre la ropa tradicionalmente concebida para mujeres y para hombres. Chaquetas de tallas más grandes, blazers con escotes pronunciados... hacen un guiño a la personalidad de ambos sexos sin perder de vista el toque femenino. Algo en lo que fue pionero hace décadas Yves Saint Laurent al adaptar prendas súper masculinas, como la sahariana y el esmoquin, al vestuario de las mujeres. O la mismísima Coco Chanel, que tomando como base los patrones de los pantalones masculinos introdujo esta prenda en las secciones de ropa para ellas a la vez que reducía el largo de las faldas.

Aun así, hay firmas que no comulgan con esta tendencia de modelos andróginos y que la consideran como una mera estrategia de márketing. Los italianos Dolce & Gabbana siguen fieles a los rostros masculinos de apariencia atlética y torsos llamativos. Y es que ni siquiera los gurús de la moda saben si esto es simplemente una tendencia pasajera o una moda más duradera.