MARIANO TOEDTLI

Los que me sigan con cierta asiduidad recordarán que le dediqué un artículo a Mariano Toedtli cuando fichó por el Cádiz y que prometí que el día que se marchara, fuera como fuera, también le agradecería todos los servicios prestados. Evidentemente fui un osado porque en mi promesa casi no contemplaba que su etapa en amarillo no fuera muy fructífera y se largara por la puerta de atrás. Pero no parece que vaya a ser así ya que deja el fútbol porque su físico no le permite seguir practicando este apasionante deporte en aceptables condiciones físicas. Lo primero que el gran Mariano afirmó cuando llegó de la mano del ínclito Julio Peguero (en alguna cosa tenía que acertar como director deportivo) era que le daba las gracias al Cádiz porque le había permitido volver a sentirse jugador. Ese agradecimiento lo devolvió en el campo con goles, entre ellos el que posibilitó el ascenso en la agónica eliminatoria contra el Real Unión de Irún. Y lo más importante. Se ganó a la afición. En la temporada pasada, con sus prestaciones físicas ya muy mermadas, apenas pudo aportar nada positivo al plantel.

Esta semana hemos sabido que Mariano se retira. Se va con 34 años, con una edad más o menos lógica para colgar las botas. un pelotero humilde y entregado al club que le paga, de los que ya no quedan, alejado de tantos miserables que rodean al mundo del balón. Un tipo sencillo y muy culto al que recordaremos por sus goles el año de Javi Gracia por devolvernos, aunque fuese de forma efímera, a nuestro lugar natural, la Segunda División.