El presidente Obama presenta en la Casa Blanca su propuesta de presupuestos para el año fiscal de 2011 acompañado por varios de sus colaboradores económicos. :: AP
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Obama tañe la campana de la austeridad

Presenta unos presupuestos centrados en la creación de empleo y para reducir el mayor déficit de EE UU desde la II Guerra Mundial

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Ahora que la economía se recupera «estadísticamente», precisó ayer Barack Obama, es hora de apretarse el cinturón para afrontar el mayor déficit que haya visto Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial. «No podemos seguir gastando como si el dinero de los contribuyentes fuera del Monopoly», sermoneó el presidente, que venía cargado de reproches.

Con un déficit de 1,56 billones de dólares (1,12 en euros), que equivale al 10,6% del PIB, la Casa Blanca batirá este año todos los récords existentes. Cualquier cosa por encima del 3% se considera inmanejable, pero en 2009 la prioridad era detener la crisis con inyecciones multimillonarias a todos los sectores. «Ahora estamos en una situación muy distinta», advirtió Obama.

Por eso en los presupuestos del próximo ciclo que presentó ayer, el mandatario propone prorrogar para la clase media los recortes de impuestos que había otorgado su antecesor, pero no «a las petroleras, los fondos de inversión y los que ganen más de 250.000 dólares (110.000 euros) al año», remarcó. «No nos lo podemos permitir». Hay que renunciar también a la conquista de la luna que resucitó George W. Bush, gravar con 65.000 millones de euros a los bancos para recuperar parte de los 505.000 que se le prestaron, y congelar el gasto de Washington con dignas excepciones.

Obama aprovechó para responder a sus enemigos políticos, que en el primer año de gobierno le han colgado la etiqueta de gran despilfarrador. «Los hechos son que hace diez años (cuando el también demócrata Bill Clinton dio el relevo a Bush) teníamos un superávit presupuestario de más de 144.000 millones de euros que se expandía en el horizonte», recordó. «Sin embargo, a lo largo de los últimos diez años el anterior gobierno y Congreso crearon un carísimo programa de fármacos, aprobaron recortes de impuestos masivos para los ricos y financiaron dos guerras sin pagar por ninguna de ellas, todo lo cual se ha agudizado con una grave recesión y el aumento de los costes sanitarios».

Detener la caída

Obama confesó que en condiciones normales hubiera sido lo primero que se habría abordado, pero como el país perdía 700.000 empleos al mes tuvo que concentrarse en detener la caída libre de la economía. Siete millones de puestos de trabajo después, la creación de empleo sigue siendo una prioridad para un país alarmado por su 10,2% de paro.

Por eso pone a un lado su objetivo de atajar el déficit a la hora de fomentar el empleo con incentivos fiscales para las pequeñas y medianas empresas, a lo que dedicará 72.000 millones de euros, además de los 21.600 que saldrán del Fondo de Estabilidad Financiera aprobado el año pasado.

Por el mismo motivo se salva el sector energético, que no sólo tiene la misión de impulsar al país hacia el siglo XXI y atajar el calentamiento global, sino que Obama confía en él para la creación de nuevos empleos. A la educación primaria y secundaria, que el primer presidente negro da crédito por su posición social, le adjudica el mayor impulso presupuestario de la historia, porque «no hay mejor programa contra la pobreza que una educación de clase mundial», afirmó. Tampoco tocará a los jubilados y los veteranos, cuyas míseras pensiones seguirán subiendo.

Aumentarán también los presupuestos de Defensa y Seguridad Nacional para financiar la desmilitarización de Irak y la escalada de Afganistán y Pakistán (115.000 millones), además de «las nuevas amenazas» entre las que sigue destacando el terrorismo, pero también el ciberterrorismo y crisis humanitarias como la de Haití. Destacan más por su importancia política que económica los 180 millones para comprar la nueva Guantánamo en Illinois o los 530 para modernos detectores para aeropuertos.

Al congelar el gasto de gobierno Obama aseguró que no se limitaba a presentar «una fotocopia de los presupuestos del año pasado», sino que ha ido «línea por línea» eliminando los gastos superfluos, incluso en sectores que había marcado como excepciones, porque nadie «está eximido del sentido común, ni de buscar el ahorro».

Como colofón a su lista de buenos deseos que desgranará el Congreso propone que una comisión bipartidista proponga medidas concretas de largo plazo para devolver el déficit al 3% para 2015, un porcentaje que sólo pagaría a los acreedores por los intereses del dinero prestado. Para 2011 ya propone reducirlo en 980.000 millones y dejarlo en 6,1 billones a lo largo de una década. Pero incluso sobre el papel con su plan sólo se llegaría al 3,9% del PIB, antes de repuntar de nuevo en 2020 bajo la presión de la seguridad social.