Los aficionados del conjunto sevillano, en una manifestación en contra de Lopera antes del partido contra Las Palmas que se disputó el pasado 29 de noviembre. :: LA VOZ
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El particular 'infierno' del Betis

La deuda acumulada, a falta de una auditoría externa, ronda los cerca de 100 millones de euros, inasumible para cualquier club de la Liga Adelante Sufre actualmente su peor momento social y deportivo desde su casi desaparición en 1992

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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Con Víctor Fernández como nuevo técnico del Betis, la entidad ha puesto un parche en lo deportivo. Pero todavía le queda un largo camino por recorrer, sobre todo en lo social. Porque el barco se hunde. Poco a poco las grietas de una mala gestión hacen que todo lo malo salga a la luz.

Eso le está sucediendo al máximo mandatario, Manuel Ruiz de Lopera. A pesar de sus intentos por desviar la atención, como su falsa negociación con Juande Ramos que mantuvo en vilo al beticismo, sigue sin convencer. El clima institucional en el que vive el Betis es casi insostenible.

A las cada vez más numerosas dimisiones en el Consejo se le unen las manifestaciones de una afición que no aguanta más. Este verano 35.000 personas se echaron a la calle para pedir la marcha de Lopera. Durante la temporada muchos actos han provocado enfrentamiento entre la oposición al dueño verdiblanco y sus fieles seguidores.

El punto más álgido llegó el pasado 30 de diciembre, cuando se celebró la Junta de Accionistas. Ya de por sí la fecha elegida por el dirigente vino precedida de polémica. Pero lo peor sucedió dentro, donde 300 aficionados no accionistas, invitados por la cúpula de la dirección, boicotearon el acto dirigiendo insultos a los que no apoyaban a Lopera. Así está la nave bética. Con un capitán en el que no confían los marineros y unos almirantes que prefieren abandonar antes del hundimiento.

¿Quiebra técnica?

Según los críticos de Lopera, el Betis está cerca de la quiebra técnica. «Si en tres años no se asciende, los ingresos harán que la deuda sea insostenible». Así manifestaban su preocupación dirigentes independientes a la cúpula actual bética. Creen que la opacidad en las cuentas esconde una deuda tan grande que podría hacer revivir la situación durante 1992, cuando el club estuvo a pocas horas de la desaparición.

En ese momento el gran salvador fue Lopera. Pero ahora el problema es él. El presupuesto de los verdiblancos tiene contradicciones tales como que hay primas especiales para los jugadores si mantienen la categoría. Es decir, que con sólo no descender a Segunda B, Sergio García, Emaná y compañía recibirían una suma importante.

Según la oposición, desajustes así no podrían soportarlos ningún club. La deuda acumulada, a falta de una auditoría externa, podría rondar los cerca de 100 millones de euros. Imposible de asumir para cualquier entidad, por muy importante que sea, en la Liga Adelante. Los hay que vaticinan que si no se resuelven estos problemas, a corto plazo el estadio (sin terminar por cierto) habría que venderlo e irse al Olímpico de Sevilla.

A pesar de las manifestaciones continuadas de los seguidores, las peticiones de marcha e incluso pintadas amenazadoras contra Lopera, en el Betis siguen los mismos. Con dirigentes cuya última gran 'idea' ha sido insultar desde los medios oficiales a una de las leyendas del beticismo: Rafael Gordillo. ¿La razón? Apoyar un cambio que mejore la delicada situación del equipo. Otra prueba del esperpento en el que está sumido el Betis. Lopera hubiera sido el protagonista perfecto para una obra de Valle-Inclán.