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¿Y si esto hubiese ocurrido en Madrid?

Un terremoto de grado 7 como el de Haití causaría estragos en la capital. Sus edificios no están preparados para resistirlo. Afortunadamente, una posibilidad así es muy remota

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C uando la tierra tiembla como en Haití poco se puede hacer. Nadie sabe cuándo va a agitarse el planeta, pero lo hace más a menudo de lo que imaginamos. Sólo en los últimos diez días se han documentado trece sacudidas sin incidentes en España, la mayor de grado 4. El terremoto que ha arrasado Puerto Príncipe ha sido uno de los 17 seísmos de grado 7 en la escala Richter que por término medio azotan cada año el mundo. ¿Qué pasaría si uno de ellos tuviera su epicentro en el kilómetro cero de España, en la Puerta del Sol madrileña? Todo apunta a una catástrofe. «Sin embargo, la probabilidad de que Madrid sufra un terremoto de esta intensidad es comparable a que aparezca un volcán en plena Gran Vía», explica José Luis de Miguel Rodríguez, catedrático de Estructuras de la Escuela de Arquitectura de Madrid. Improbable, pero no imposible. El poder destructivo de semejante sacudida, parecido al de 16 bombas como la de Hiroshima, dejaría destrozados el Museo del Prado, la catedral de la Almudena o la Moncloa, y muchos edificios reducidos a escombros. Nada muy distinto a lo ocurrido en Haití. «O eso, al menos, nos dice la intuición, ya que prácticamente ninguna construcción de Madrid está pensada para soportar un temblor así», matiza Álex Barbat, presidente de la Asociación Española de Ingeniería Sísmica. Tampoco la ley les obliga a ello. Está en una zona de mínima actividad sísmica, normativa que sí es de obligado cumplimiento en Granada, Almería, Murcia o Alicante.

Aun así, la acristalada T4 de Barajas soportaría mejor la embestida que el Palacio Real: sufren más los edificios pesados. No ocurriría lo mismo con la torre de control del aeropuerto, que caería a plomo a las primeras de cambio. Curiosamente, los rascacielos -como Torre Espacio- capearían mejor la situación. «El diseño de estas torres incluye el estudio de las cargas horizontales por el viento, característica que les ayudaría bastante en un terremoto», puntualiza Ramón Álvarez Cabal, ingeniero industrial y profesor titular de Estructuras en la Politécnica de Madrid. Las cifras de víctimas mortales y heridos del 11-M se superarían con creces. Miles en una población como Madrid, de seis millones de almas. «El metro sería un auténtico caos, pero nada comparado con el derrumbe de un complejo hospitalario como el de La Paz», precisa De Miguel. Bajo las hipotéticas ruinas quedarían sepultadas 25.000 vidas, entre trabajadores y enfermos de esta 'ciudad sanitaria' con tantos 'habitantes' como Salou. Al menos hay un detalle geográfico a favor: la distancia existente entre los diferentes hospitales madrileños ayudaría a que alguno se salvase de la masacre. Cosa bien distinta sería llegar a ellos con el caos que se adueñaría de calles y circunvalaciones, como recuerda el profesor Álvarez Cabal.

Esta visión tan desoladora no la comparte Emilio Carreño, director de Red Sísmica Nacional. «Sufrirían considerablemente los edificios más bajos y los de ladrillo antiguo, del estilo a los existentes en el Puente de Vallecas, cerca de Atocha; pero no habría demasiados derrumbes ni excesivas víctimas mortales». Afortunadamente, la posibilidad de que la capital sufra un seísmo es una entre millones. Los expertos aseguran, incluso, que sería una novedad que algún día se sintiera un terremoto de grado 4 en Madrid.