Frei juega con un niño durante su visita a un centro médico. :: AP Sebastián Piñera, rodeado de seguidores entusiastas. :: REUTERS
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Apretado sprint electoral en Chile

Frei resucita las opciones de la Concertación progresista en los comicios de hoyEl ascenso del ex presidente amenaza el regreso al poder de la derecha, que se impuso con claridad en la primera vuelta

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Sin ninguna certeza sobre el resultado final, más de ocho millones de chilenos están llamado a las urnas hoy en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Los dos candidatos, que se baten en un duelo electoral histórico, tienen la opción de triunfo y sus equipos viven una mezcla de triunfalismo y nerviosismo. Lo que verdaderamente está en juego es la continuidad de un proyecto de corte progresista que lleva dos décadas en el poder -desde que terminó la dictadura de Pinochet-, o el giro a la derecha.

Los sondeos reflejan un empate técnico entre el empresario derechista Sebastián Piñera, hasta hace poco claro favorito, y el democristiano Eduardo Frei, de la Concertación gubernamental progresista, que ha tenido un crecimiento constante en las últimas dos semanas.

El Tribunal Calificador de Elecciones considera crucial el recuento final porque la diferencia puede ser mínima. Los sondeos dan una distancia de apenas 120.000 votos. El director del Servicio Electoral, Juan Ignacio García, confirmó que la brecha entre uno y otro parece muy estrecha, pero consideró que eso no debería ser una dificultad. En 2000, el socialista Ricardo Lagos se impuso en segunda vuelta sobre el opositor Joaquín Lavín por un margen de apenas 30.000 votos y nadie reclamó, recordó el funcionario.

Lo cierto es que en vísperas de la cita electoral resulta imposible pronosticar quién sucederá a la popular presidenta socialista, Michelle Bachelet, que dejará su puesto el 11 de marzo. La última encuesta de Mori atribuyó el 50,9% de apoyos a Piñera y el 49,1% a Frei.

La tensión se manifestó claramente al cierre de campaña en el equipo de Piñera, que se creía un claro ganador. Si vence, sería la primera vez que la derecha llega al Gobierno desde el final de la dictadura y lo hace en los últimos 50 años mediante elecciones. Preocupado, el candidato conservador expresó su temor en declaraciones furibundas contra el Gobierno y la Concertación en el tramo final de la campaña. «Les haría muy bien después de 20 años volver a vivir la vida normal y corriente que viven millones de chilenos. No es tan malo, amigos de la Concertación, levantarse temprano, trabajar de forma honesta, ganarse la vida y sacar adelante a sus familias», ironizó.

Sus colaboradores, hasta hace poco eufóricos por el triunfo de su abanderado en la primera ronda por más de 14 puntos porcentuales, admiten discretamente que Piñera llegó a su techo y en cambio su rival logró seguir creciendo hasta colocarse a la par. Por eso intentan, si no ganar simpatizantes nuevos, al menos inhibir a los indecisos a volcarse con la coalición oficialista.

El sondeo de Mori se realizó antes de que el independiente Marco Enríquez Ominami anunciara su decisión de apoyar a Frei. Ominami es un diputado que abandonó la Concertación en 2009 con fuertes críticas a la dirección por ser poco permeable a los cambios, y se presentó como aspirante independiente. Su candidatura y su discurso consiguieron el 20% de sufragios progresistas en la primera ronda. Esa fue, creen en el Gobierno, la causa por la que Frei tuvo tan mal resultado en la primera cita (29,6% contra el 44% de Piñera).

Caras nuevas

Pero el crecimiento de Frei fue previo al respaldo de Ominami. Los observadores lo consideran más relacionado con un mejor trabajo de comunicación del candidato, que sumó nuevas caras a su equipo para esta vuelta, y al decisivo apoyo de Bachelet, que hizo campaña a favor de Frei como no había hecho antes. La presidenta envió al Parlamento dos proyectos de ley que están en línea con propuestas que hacía el candidato independiente al Gobierno: mejorar la educación y dar más participación a los jóvenes en la política.

Pero, además, Bachelet dijo que Frei -que fue presidente de Chile entre 1994 y 2000- es un hombre honesto y con experiencia, que dejó de lado sus negocios para volcarse en la política. La declaración fue una velada crítica a Piñera, cuya fortuna se estima en más de 700 millones de euros. Si bien en 2009 transfirió acciones por 280 millones de sus empresas, el candidato derechista se negó a deshacerse de empresas emblemáticas en las que mantiene la mayor parte, como la aerolínea Lan Chile, la multimedia Chilevisión, el equipo de fútbol Colo Colo y la clínica Las Condes. «El 11 de marzo voy a vender algunas empresas para poder dedicarme a la vocación de mi vida, que es ser un muy buen presidente», prometió cuando cerraba la campaña. Quizás sea tarde.