Usuarios de la clase de 'step' se tapan con plásticos o con su paraguas. :: ANTONIO VÁZQUEZ
CÁDIZ

Aeróbic bajo el paraguas

Los usuarios del Ciudad de Cádiz comienzan una curiosa protesta para pedir soluciones al problema de las goteras en la sala de gimnasia

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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No son bailarines haciendo un casting para 'Singing in the rain', ni integrantes del Circo del Sol, sino usuarios del pabellón Ciudad de Cádiz que, hartos de protestar por los medios tradicionales (hojas de reclamaciones) ayer decidieron dar la clase de 'step' con los paraguas abiertos.

Desde que comenzó la temporada vienen soportando problemas relacionados con las goteras. A pesar de la inversión que realizó el Ayuntamiento en el cambio del parqué y en el arreglo de la cubierta, el agua sigue filtrándose -y de qué manera- en la sala destinada a aeróbic. También, en la cancha de baloncesto, aunque sólo en la zona pegada a la pared, donde se han colocado unos plásticos.

Son cerca de 200 personas las que habitualmente dan clases por la tarde (en cuatro turnos), entre aeróbic y 'step', además de las de pilates (dos). En el caso de la mañana, donde hay dos clases (alternando aeróbic y step) se ha optado por trasladar a los usuarios a la zona de baloncesto, pero por la tarde, las pistas están ocupadas por los equipos de voleibol, baloncesto y gimnasia rítmica que entrenan allí.

«Llevamos mucho tiempo reclamando y nadie nos da una solución; nos dicen que le preguntemos a la monitora», señaló Mari Carmen, que lleva acudiendo a clase desde que se abrió el Ciudad de Cádiz, hace 15 años.

Quejas infinitas

En la clase de las 19.15 hay varios veteranos de aeróbic. «Nunca hemos visto el pabellón en estas condiciones», comenta Manolo, otro de los que no suele fallar cada tarde. Y en la conversación, enseguida todos aprovechan para quejarse del servicio que se presta allí. «Los baños están sucios; muchos días no limpian las papeleras; no hay aire acondicionado...» Las quejas son infinitas. «Y eso que no es barato, porque entre lo que pagamos al mes (cerca de 20 euros) más la matrícula anual, al final casi sale como un gimnasio privado», se queja Fernando. «Yo me ducho ahí, pero es que ya estoy inmunizada», bromea otra de las mujeres, entre tanta queja.

La monitora también está cansada de lidiar con los desperfectos y las quejas que le llegan a ella de los alumnos. Por parte del Ayuntamiento se insiste en que se pedirá responsabilidades a la empresa que 'arregló' la cubierta, pero mantienen que hay que esperar a que se pare la lluvia «porque la Ley de Prevención de Riesgos Laborales dice que ningún trabajador se puede subir allí para arreglarlo en esas condiciones», explicó el concejal de Deportes, Vicente Sánchez. Pero la monitora de aeróbic tiene otro punto de vista: «¿Es más importante preservar el riesgo laboral del que tiene que reparar el techo que el mío?». Y es que el suelo seguro, lo que se dice seguro, no es. Casi todas las mañanas amanece mojado, aunque no haya llovido, sólo con la humedad que hay (y se respira) en el ambiente.

Los alumnos se quejan también de que, por ejemplo, «la mopa sólo se pasa por la mañana y así nos lo han dicho cuando le pedimos que lo hagan», recuerda una de ellas.

«Nosotros lo que queremos es que nos den una solución: que nos digan que las clases se interrumpen durante tantos días que duren las obras y, eso sí, que no nos las cobren», dice Manolo. Los problemas de las goteras vienen a sumarse a otros que en el Ciudad de Cádiz parecen no tener fin, como el de los tornos, que funcionan un día sí y otro no, o la máquina expendedora de tickets para la piscina, que está más tiempo estropeada que en servicio.

«El otro día se estropeó el sistema informático; fui a hacer un trámite, para cambiar el número de cuenta y me dijeron que no tenían acceso al sistema y yo no creo que eso se deba a la lluvia», reclamaba otra usuaria.

Al margen de lo que se abona cada mes, los ciudadanos que utilizan frecuentemente los servicios deportivos del pabellón lamentan el estado en el que están las instalaciones. «Fíjate -comentaba- cómo está el parqué y es nuevo y todo esto lo pagamos con nuestros impuestos».