Una solución express

A las nueve de la mañana de ayer, Mercedes Cuéllar estaba desesperada. 'Aprissa Gestión', la empresa que regenta y que se dedica a solucionar pequeños problemas domésticos como pasear animales, llevar a los niños al colegio, realizar gestiones o llevar la ropa a la lavandería corría el riesgo de irse a pique. O al menos atravesaba graves dificultades económicas. Uno de sus principales clientes, la delegación de Asuntos Sociales de la Junta de Andalucía, le debía desde hace más de un año -septiembre de 2008- casi 6.400 euros, cifra inmensa para una pequeña empresa como la suya.

Harta de esperar, esta empresaria acostumbrada a buscar soluciones a los problemas de los demás, decidió hacer lo propio con el suyo. Y lo hizo anunciando que hoy mismo iba a acampar en la puerta de la delegación deudora hasta que cobrara lo que se le debía. «Voy a tomar las uvas en una tienda de campaña en la Plaza Asdrúbal. No me queda otra salida que tomar esta decisión porque estoy ahogada por las deudas. No puedo pagar porque a mí no me pagan y ya no aguanto más», manifestaba a diferentes medios de comunicación.

Y su mensaje caló. Llegó a oídos de los responsables de la delegación de Asuntos Sociales y se obró el milagro. Ayer mismo le llegó un ingreso por valor de algo más de 2.000 euros y la promesa de que en 20 días tendrá el resto del dinero. Más de un año reclamando en vano su dinero y, cuando se vio obligada a hacer público su problema, 'casualmente' llegó la solución. Ya no acampará en la plaza de toros. Confía en la palabra dada.