Imagen tomada en el interior de una casa que fue objetivo de los cacos en los últimos meses. :: la voz
CÁDIZ

Aumentan los robos en pisos en 2009 pese al descenso de la criminalidad

En 11 meses se han denunciado 71 asaltos, la mayoría ejecutados por ladrones comunes que no pertenecen a bandas organizadas

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Con una población de menos de 130.000 habitantes y unos índices de criminalidad contenidos, Cádiz es un destino aparentemente deseado por los agentes de Policía que no buscan emociones fuertes en su trabajo. Ahora bien, a lo largo de este año ha habido un delito que ha repuntado con respecto al resto que ha experimentado un descenso generalizado, según la estadística oficial del Ministerio del Interior. Se trata de los robos en el interior de pisos, que han crecido más de un 2% en relación a 2008; de 69 que se denunciaron el año pasado a 71 contabilizados hasta el mes de noviembre.

Las razones para entender por qué es el único delito que crece son complicadas de encontrar. Se podría recurrir a la tan socorrida crisis, pero si las apreturas económicas hubieran llevado a la desesperación de robar, otros indicadores como los asaltos a locales comerciales deberían haber crecido también; sin embargo, atendiendo al mismo balance estadístico, este delito también ha descendido en un 27,33%, de 150 casos detectados en 2008 a 109 en los once primeros meses de este año. Lo mismo ocurre con los atracos y los robos con fuerza. Los primeros experimentan una caída más pronunciada (46,8%) y los segundos se sitúan también en una línea descendente, con un 18,5% menos de denuncias (de 270 a 220).

Fuentes policiales explicaron a este medio que en este año no se han detectado en la capital movimientos de bandas especializadas en desvalijar viviendas como ha ocurrido años anteriores en poblaciones como El Puerto, donde estuvo actuando un grupo de albanokosovares, con preparación militar. El sello de la mayoría de los 71 robos denunciados pertenece a delincuentes comunes, nada organizados en torno a este tipo de palos, y que actúan a la desesperada. Acceden a la vivienda para hacerse con lo primero de valor que se encuentran, aunque su interés se centra, sobre todo, en joyas y dinero en metálico. Los electrodomésticos u otras piezas de valor son más complicados de sacar de una casa sin alertar en exceso a los vecinos; y además, plantea más dificultades para venderlas en el mercado negro.

Peones de la mafia

Sólo se ha dado un caso este año, según las mismas fuentes, que sí se vincula con bandas más especializadas. El pasado 15 de junio, dos denuncias muy similares llegaron hasta la Comisaría Provincial. Las víctimas, propietarias de dos viviendas en Doctor Flemming y la calle Barbate, aportaban datos muy similares que hicieron sospechar desde el primer momento que detrás de ellos estaban las mismas personas. Los testigos apuntaban a dos mujeres y un hombre, de acento extranjero, que entraron en los pisos mediante el método del resbalón (introducir un elemento fino y de plástico como una tarjeta de crédito por la ranura de la puerta y golpear el pestillo hasta que cede). En ambos casos, los propietarios sorprendieron a los ladrones en plena faena y el botín que se llevaron a la carrera fue muy escaso.

Sin embargo, pocos días después, confirmaron las mismas fuentes, se volvieron a denunciar varios robos más en viviendas, que seguían el mismo patrón. A partir de ese dato, la Policía comenzó a dibujar un posible perfil de los autores y trabajaron en la línea de que se tratara de peones de alguna banda extranjera profesional. Estos eslabones últimos de la cadena acometen los robos, sin mucha maestría, y lo que recaudan lo entregan a los jefes de las mafias, las cuales suelen tener diversificadas sus actividades: robos, prostitución, tráfico de sustancias estupefacientes...

Otro método recurrente en los robos denunciados en 2009 es el escalo (acceder al piso por una ventana o un balcón).