Encarna, limpiadora en un periódico en Cataluña, era ayer una mujer feliz tras ganar dos premios. :: EFE
Ciudadanos

La suerte golpea a una zona con paro

El tercer premio cae en el interior de Cataluña y alivia el drama de los despidos en Pirelli

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Cuatro administraciones de lotería de Cataluña, ubicadas en Barcelona, en Sant Joan de Vilatorrada (Barcelona), el Aeropuerto de El Prat y Puig-Reig (Lleida), vendieron el 10.104, el tercer premio de la Lotería de Navidad, dotado con 500.000 euros al billete y 50.000 euros el décimo.

Nuria Candel, lotera de la administración Valdés de las Ramblas de Barcelona, era ayer una de las personas más felices del mundo, porque repartió suerte a pares. A primera hora supo que había vendido el cuarto premio y aun así confiaba en que la suerte le volvería a visitar. Y así fue, porque horas después, los niños del Colegio de San Ildelfonso, cantaron el 10.104, el tercer máximo premio de la mañana. «Este año hemos vendido más que nunca, esto es una alegría enorme», dijo Nuria.

Sant Joan de Vilatorrada también celebró el 10.104 con cava y con alegría, ya que la zona ha sufrido mucho este año como consecuencia del ERE decretado en la fábrica de Pirelli. Así, los trabajadores de la multinacional y los miembros del equipo de baloncesto de la pequeña población del Bages rompieron a llorar cuando supieron que habían atrapado un pellizco. «Aún no sé cuánto me ha tocado, pero para un coche ya me llega. Este año es redondo, lo ganamos todo con el Barça y encima nos toca la lotería», señaló uno de los jugadores del equipo de baloncesto que no dudaron en pedir a su presidente que les ponga calefacción en los banquillos y jacuzzi en el vestuario, como las grandes estrellas del deporte.

Mari Carmen, la responsable de llevar la riqueza al pueblo, no se pudo quedar ningún número, pero estaba «igual de contenta por la alegría de los demás».

Puig-Reig, pequeña población de 4.000 habitantes de la Cataluña central, no había saboreado nunca las mieles del triunfo lotero hasta ayer. La única administración de lotería del pueblo vendió gran parte de las 100 series que tenía del número 10.104, y repartió una «lluvia de millones» a la localidad, cerca de 35 millones. Ha tocado a jóvenes, padres de familia, desempleados y gente que necesita el dinero.