Estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid se concentran a las puertas del Congreso en apoyo Aminetu Haidar. :: EFE
ESPAÑA

El Gobierno considera que la situación de Aminetu Haidar está en un callejón sin salida

MADRID. Actualizado: Guardar
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Aminetu Haidar llega hoy a su decimonoveno día en huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote con pocas esperanzas de regresar a El Aaiún, su objetivo en esta protesta que ha puesto en jaque a la diplomacia española. La situación de la activista saharaui se encuentra en un callejón sin salida, a juzgar por las declaraciones que efectuó esta noche Agustín Santos, jefe de gabinete del Ministro de Asuntos Exteriores, en el mismo aeródromo canario.

Santos aseguró que España da por «cerrada» la posibilidad de que Marruecos devuelva su pasaporte a Haidar. Santos reconoció que Rabat exige que la activista reafirme su «marroquinidad». A este hecho se une la negativa a los dos ofrecimientos del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero: el estatus de refugiada o concederle la nacionalidad española, lo que le permitiría a Haidar retornar a su casa.

Ayer se especuló con la posibilidad de que las gestiones de Asuntos Exteriores habrían logrado desbloquear esta crisis. De hecho, Zapatero, anunció que «dejaba» en manos de Miguel Ángel Moratinos la responsabilidad de encontrar una solución. «Siempre resuelve los problemas, antes o después, como la experiencia nos dice», sentenció en referencia al ministro.

Una delegación marroquí se desplazó ayer hasta Madrid para explicar al Gobierno, PSOE y PP las razones de su negativa. Tras el encuentro, Elena Valenciano, secretaria de Política Internacional del PSOE, llegó a la misma conclusión que Moratinos: no ve «ni una rendija» abierta para que Marruecos acepte la vuelta de Haidar al Sáhara Occidental.

El coordinador de Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moraga, acusó al Ejecutivo de «autoviolar» la ley de Extranjería al permitir que la activista saharaui entrara en España sin pasaporte.