Editorial

Desafío en Mauritania

El secuestro de los cooperantes tendría singular gravedad bajo la autoría de Al Qaeda

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El secuestro en Mauritania de Alicia Gámez, Albert Vilalta y Roque Pascual, tres de los cooperantes que integraban la expedición anual de la ONG 'Barcelona-Acciò Solidària' a distintos países del África Occidental, adquiriría especial gravedad de confirmarse que sus autores son miembros del grupo terrorista Al-Qaeda en el Magreb Islámico. La actuación del terrorismo de raíz islamista que opera entre las costas mediterránea y atlántica y el Sahel añade incertidumbre a un episodio de por sí inquietante. Entre otras razones porque la conducta de la trama yihadista que intenta agrupar a las células que venían operando en tan vasto territorio resulta imprevisible. Las acciones llevadas a cabo hasta la fecha pueden constituir una referencia demasiado vaga como para afrontar una crisis en la que posiblemente afloren tanto reivindicaciones propias de su fanática quimera de extender un califato integrista que comprenda toda África y reivindique Al-Andalus, como la exigencia del pago de un rescate económico. De nuevo el Gobierno de Rodríguez Zapatero se enfrenta a una situación extrema de muy complicada gestión. En esta ocasión, la actitud de todo el arco parlamentario parece secundar al Ejecutivo en una tarea que se adivina difícil y compleja, y ante la que cualquier muestra de división interna -incluida la falta de sintonía con las familias de los tres cooperantes- podría incitar a los secuestradores a incrementar su presión. No conviene descartar que, si finalmente corresponder a Al-Qaeda en el Magreb la autoría del triple secuestro, los terroristas conocieran de antemano la procedencia de la caravana de vehículos que asaltaron. Como es probable que, en ese caso, cuenten con medios para administrar su cruel chantaje atendiendo a las reacciones que suscite en España. Todos los esfuerzos gubernamentales han de ir dirigidos a lograr la liberación de los tres cooperantes catalanes. Pero lo ocurrido vuelve a demostrar que la solidaridad no gubernamental debe contar, para que sea realmente efectiva en las regiones inseguras del plantea, con el inexcusable apoyo y las indicaciones del Gobierno de referencia.