Tribuna

Cambio y renovación en la prensa andaluza

La prensa, con su modernización, no ha restado pluralidad a la oferta informativa ni solidez al entramado empresarial que lo sustenta. El proyecto que hoy estrenan los periódicos de Vocento amplifica las clásicas apuestas de la prensa escrita.

PRESIDENTE DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA Actualizado: Guardar
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La actual crisis económica mundial, por más que nos afecte, no debe hacernos perder de vista que, por encima de las dificultades y pese a ellas, Andalucía sigue viviendo un momento de transformación y de avance. La fractura económica que se ha producido no va a llevarse por delante el dinamismo de nuestra sociedad y de ello dan prueba las nuevas iniciativas que a diario surgen en muchos sectores de la actividad productiva y en los distintos ámbitos de la vida económica, social y cultural. Los medios de comunicación, cuya apreciable expansión en la última década ha contribuido de manera significativa a ese dinamismo, no constituyen la salvedad. En estas mismas páginas tienen los lectores una prueba (y palpable, nunca mejor dicho) de que el empuje y la voluntad de modernización no menguan en nuestra tierra.

El grupo Vocento, al frente en Andalucía de cabeceras de larga historia y asentado prestigio (Ideal, Sur) y de nuevos proyectos (LA VOZ, tanto en Cádiz como en Jerez) que se consolidan en una provincia donde la competencia es más que notable, da un paso adelante en su proceso de expansión, modernización y renovación tecnológica. Esta apuesta, que me atrevería a decir que es común a toda la prensa andaluza, resulta indispensable para el mantenimiento de la calidad informativa y, por tanto, para ofrecer esa perspectiva crítica tan necesaria como provechosa para la ciudadanía en su conjunto, aunque a veces pueda parecer incómoda para quienes nos dedicamos a la política.

Durante las tres décadas de nuestra autonomía, los periódicos andaluces no se han limitado a -como es tópico decir- «ser testigos» de la profunda transformación social llevada a cabo. Más allá de este papel, han sido protagonistas y a menudo impulsores de la misma. Situada en el epicentro de unos cambios globales que precisamente apuntan a una nueva sociedad de la información y el conocimiento, la prensa ha respondido con creces a los retos de la adaptación tecnológica y de apertura a las vías de desarrollo abiertas por Internet, que tantas posibilidades ofrecen.

Lejanos parecen ya los tiempos (y sin embargo, fue ayer mismo) en los que se daba por sentado el declive de la prensa escrita, producido por el avance de los medios audiovisuales, cuando no su aplastamiento por el alud digital. Pero, muy al contrario, goza de tan buena salud como inagotable capacidad de rejuvenecimiento. Rápidamente ha sabido ocupar su espacio y subrayar su protagonismo en la nueva cultura de la información y el conocimiento. Y así es como la red de redes, lejos de ser trampa letal, es hoy el espacio donde mejor exhibe y sus potencialidades.

La revolución digital no ha destruido, sino antes bien amplificado, las posibilidades de la prensa. Lo que sí se han desmoronado son algunas «profecías» -como la ya apuntada- y no pocos lugares comunes. Entre éstos, no es menor aquél que remarcaba la incompatibilidad entre información y conocimiento: el monopolio que la imagen pareció ejercer en la segunda mitad del siglo XX ha dado paso a una gran diversidad de posibilidades tecnológicas y de espacios de independencia que permiten la ligazón entre el hecho de informarse y el hecho de conocer.

La prensa andaluza no ha sido ajena a estos cambios ni como testigo ni como protagonista. Y así es como su modernización no ha restado pluralidad -más bien lo contrario- a la oferta informativa ni solidez al entramado empresarial que lo sustenta. Su actividad se desarrolla en unas condiciones de competencia que constituye si cabe un acicate más a la hora de experimentar nuevos modelos empresariales, organizativos y periodísticos. El proceso de expansión, ahora coyunturalmente frenado por los efectos de la crisis sobre los ingresos publicitarios, ha tenido también como efecto positivo el surgimiento de un ámbito de referencia andaluz tanto en la actividad de los medios -con espacios y secciones de información regional inexistentes hace tres décadas- como en su desarrollo empresarial. Andalucía ha visto nacer iniciativas editoriales propias al tiempo que las estrategias de los grandes grupos -y Vocento es un buen ejemplo- toman la comunidad autónoma como marco natural de desenvolvimiento.

El proyecto que hoy estrenan los periódicos de Vocento, con el lector como eje, apunta al nuevo escenario de polivalencia, movilidad e integración de lenguajes, que retoma y amplifica las clásicas apuestas de la prensa escrita: información pegada al terreno, análisis apoyada en las redobladas posibilidades de la infografía y vocación de conocer, interpretar y conformar la opinión pública. Pero este nuevo escenario, garantía de renovación e imbricación con la sociedad, también apunta a una realidad que a veces se olvida: que así como la política no es sólo cosa de políticos, así el periodismo no es sólo cosa de periodistas. En las Cortes de Cádiz, hace dos siglos, se habría dicho que es cosa «de la Nación»...

Permítaseme concluir con una rememoración de aquel Cádiz legendario que hace dos siglos fue el rompeolas de la libertad y de las esperanzas de regeneración de la sociedad española. Estamos a las puertas de un singular aniversario que no debe pasar desapercibido, pues conmemorará uno de los textos jurídicos fundacionales de la España Moderna. Me refiero al Decreto Noveno de 10 de noviembre de 1810, promulgado por las Cortes de Cádiz bajo el escueto título 'Libertad política de la Imprenta'. En este momento de avances que las dificultades -hoy como entonces- no frenarán, bien estará recordar las hermosas palabras de su preámbulo: «La facultad individual de los ciudadanos de publicar sus pensamientos e ideas políticas es, no sólo un freno de la arbitrariedad de los que gobiernan, sino también un medio de ilustrar a la Nación en general, y el único camino para llevar al conocimiento de la verdadera opinión pública».

Enhorabuena a los profesionales de Vocento en Andalucía por seguir recorriendo, con la eficacia, la celeridad y la amplitud de miras que imponen los nuevos tiempos, ese «único camino».