Ley del menor

Ser menor de edad en esta España que lleva por bandera el progresismo y la modernidad es probablemente el mejor escenario para poder hacer lo que a uno le dé la gana. No es mi caso, ni lo fue cuando aún yo lo era. Pero claro, ¿qué le podemos pedir a los jovenes de hoy en día, con los que la ley se tapa los ojos si son menores de edad?

Nada. Yo resido con uno de esos jovenes llamados «problemáticos», es mi hermano y tiene 16 años. Se vanagloria de insultar a mi madre. Nos roba. Nos amenaza. Nos humilla. ¿Y qué podemos hacer nosotros? Nada. Acudimos a la comisaría de Policía más cercana y lo único que nos dicen es «así está la ley» suspirando, porque a ellos no les ha tocado uno de esos «jovenes problemáticos» en su familia. Tendremos que seguir entonces esperando a que cumpla los 18 para que la Ley nos vuelva a amparar. Este es el país en el que me ha tocado vivir. Qué pena...