Imagen del 'Alakrana, el pesquero vasco secuestrado por piratas somalíes. / AP
ESPAÑA

El armador anuncia al patrón del 'Alakrana' que los dos piratas detenidos volverán a SomaliaEl Gobierno reclama la complicidad del PP

El Gobierno confía en que la negociación «irá más rápido con la presión diplomática»

ENVIADO ESPECIAL. VICTORIA (SEYCHELLES) MADRID Actualizado: Guardar
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Un nuevo día de confusión en torno al Alakrana terminó a última hora de la noche con una importante novedad que si se confirmara oficialmente, supondría un giro esencial en las negociaciones: el Gobierno sí estaría dispuesto ahora a devolver a Somalia a los dos piratas somalíes detenidos en España. Así se lo ha comunicado el armador al patrón del buque, Ricardo Blach. Lo anunció el propio Blach en conversación telefónica con la emisora Radio Euskadi: «El armador me ha dicho que se está negociando, que está involucrado personalmente ahora el presidente del Gobierno y que sí, que van a venir, no saben exactamente cuándo, pero los dos piratas van a venir a Somalia».

A continuación, Blach relató que comunicó la noticia al jefe de los piratas «y parece que esto se relajó un poquitín más». En teoría, ayer se cumplía el plazo dado por los secuestradores para la liberación de sus dos compañeros, con la amenaza de matar a tres marineros del Alakrana. Es normal que el armador del buque, Kepa Etxebarria, hable con el barco, pues ha llevado desde el principio la negociación desde Nairobi, junto al embajador español, Nicolás Martín Cinto, y agentes del CNI.

La fragilidad de las informaciones en estas situaciones hacen necesaria la prudencia, pues se desconoce en qué condiciones ha hecho la llamada el patrón del Alakrana. La entrega de los dos detenidos es el único escollo para la liberación, pues el armador, que negociaba el rescate, ya anunció que había hecho su parte. La mujer de uno de los marineros, María Angeles Jiménez, esposa de Gaizka Iturbe, afirmó ayer que le consta que el armador «no ha puesto ninguna pega al dinero» y que ha ofrecido incluso el propio barco.

A última hora de ayer el Gobierno español guardaba silencio sobre el aparente cambio de estrategia, ya que siempre ha mantenido como «no negociable» la entrega de los dos piratas. Tampoco se sabe cómo se llegaría a efectuar, pues los detenidos, capturados por la fragata Canarias a los dos días del secuestro cuando abandonaban el Alakrana, están bajo la jurisdicción de la Audiencia Nacional, que considera «muy difícil» encontrar una fórmula legal para extraditarlos. Por otro lado, hasta que surgió la noticia, la línea informativa del Ejecutivo durante toda la jornada fue repetir que las negociaciones estaban volcadas en la vía diplomática. Y la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, dijo que van «por buen camino», según refirió a la Xunta de Galicia. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, también telefoneó al líder de la oposición, Mariano Rajoy, para informarle sobre el avance de los contactos.

El peso de la negociación estaba ayer en Nairobi, donde el embajador español en Kenia, Nicolás Martín Cinto, se reunió con el primer ministro del Gobierno Federal de Transición de Somalia, el único reconocido por la ONU, Omar Abdi Rashid Ali Sharmarke. Martín Cinto, que resolvió el secuestro del Playa de Bakio el año pasado y otros dos en tierra, de una cooperante y un fotógrafo, conoce bien los meandros de la política y los clanes somalíes. Del otro lado, la cooperación del Gobierno somalí ya fue decisiva en la liberación del Playa de Bakio. Moratinos, en rueda de prensa en Madrid, explicó que han pedido al primer ministro un compromiso «para garantizar la seguridad e integridad de todos los marineros y todos los esfuerzos necesarios para lograr una solución». Sobre los dos piratas arrestados, Exteriores simplemente dijo en una nota que en la reunión «se ha evocado la situación de los dos somalíes detenidos en España».

Gobierno de transición

El Gobierno de transición somalí es precario y no tiene el control de gran parte del país, tampoco de Haradhere, donde se halla el Alakrana, pero a través de sus contactos y lazos de clanes «puede ejercer influencia en los secuestradores», aseguró ayer en conversación telefónica Andrew Mwangura, responsable de Seafarers Assistance Program, organización keniata de ayuda en el mar y uno de los máximos expertos en piratería de África. «La situación del Alakrana no es mala», resumió. El propio Moratinos aseguró que el actual Ejecutivo somalí puede ser útil porque tiene «más peso que el anterior y un mayor número de vinculaciones con estos grupos, más contactos con los notables, así como más posibilidades de imponer su autoridad».

De este modo el Gobierno español espera que las gestiones diplomáticas permitan una solución «más rápida». «Con esta mayor presión diplomática podremos alcanzar resultados más rápidamente», concluyó. Según algunas agencias, el embajador en Kenia mantendrá hoy una segunda reunión con las autoridades somalíes. Por otro lado, y siempre en este resquicio de esperanza que ayer empezaba a abrirse, fuentes del Gobierno somalí explicaron a la agencia Reuters que la liberación «podría tardar dos o tres semanas».

No obstante, también el día de ayer tuvo su dosis diaria de confusión y ansiedad. Supuestas fuentes de los piratas citadas por Reuters en Mogadiscio, la capital somalí, aseguraron que los tres rehenes españoles que fueron llevados a tierra el jueves no habían regresado a bordo, en contra de lo anunciado por el Gobierno español. No obstante, Moratinos volvió a reiterar ayer que todos los rehenes están en el barco.

La tensión política sobre la crisis del Alakrana amaina ligeramente, pero no desaparece. El Gobierno pidió ayer la complicidad del Partido Popular en la ofensiva diplomática para conseguir la liberación de los pescadores y redujo sus críticas a la oposición. Los populares, aunque volvieron a atacar a la vicepresidenta por marcharse a Argentina en plena negociación, pospusieron el grueso de sus reproches para cuando concluya la crisis.

El ministro de Fomento, José Blanco, fue conciliador. Reclamó a la oposición «sentido de estado» para «evitar la división y reforzar la posición del Gobierno». «Debilitar al Ejecutivo en este momento -advirtió- es fortalecer a los piratas». «Ahora se necesita ese ambiente de unidad de las manifestaciones y el apoyo al Gobierno y a las familias para que nuestros compatriotas puedan volver a nuestro país», apostilló.

Blanco, que agradeció el apoyo del presidente de Galicia en las últimas horas, llamó a aunar esfuerzos entre «administraciones, ciudadanos y políticos para conseguir el objetivo de que vuelvan los marineros pronto a casa». «Lo que conviene es evitar la crítica, dejar hacer y dejar trabajar», aseveró.

Desde el PP, la portavoz del grupo parlamentario, Soraya Saénz de Santamaría, advirtió de que su partido no está conforme «con muchas cosas que ha hecho el Gobierno» en este asunto, si bien aseguró que «ya habrá tiempo después para analizarlas».