Pedro Valdés, un promotor chipionero con 'stock' de casas. / J. C. CORCHADO
Ciudadanos

«Las inmobiliarias ya estamos vendiendo a precio de coste»

La crisis pilló a Pedro Valdés con una promoción recién construida. Es uno de los muchos promotores gaditanos con casas 'invendibles'

CÁDIZ Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Pedro Valdés Montalbán lleva 21 años en el mundo inmobiliario en la provincia de Cádiz y afirma rotundo que «nunca ha conocido una crisis como la de ahora, ni siquiera en el 93; entonces construía cada año una promoción y siempre se vendían todas las viviendas».

En el año 2007 le vio las orejas al lobo, -«vi que aflojaba la cosa», dice-, pero el grueso de la desaceleración le pilló en 2008 con un proyecto residencial recién terminado de 22 pisos, en la calle del Naranjo de Chipiona. Entonces comenzaron a caer las ventas de manera disparada, cuando los bancos cortaron el grifo y dejaron de conceder crédito a los compradores.

Actualmente, un año más tarde, aún está colgado el cartel de «se vende» en quince de las casas de Pedro. Un stock que, además de impedirle recuperar el capital invertido, le cuesta dinero: «tengo que pagar el IBI al ayuntamiento y los gastos de deterioro, porque con el tiempo se van perdiendo calidades», asegura.

Por suerte en su caso, no tuvo que solicitar una hipoteca a un banco para financiar la construcción del proyecto. Una situación en la que se encuentran muchos promotores como él en la provincia, que -según Pedro-, «se han visto obligados a vender las viviendas al precio del préstamo que tenían con el banco» para conseguir liquidez, aunque por ello no puedan conseguir beneficios en el negocio.

Precisamente esta alternativa es la que la Junta de Andalucía plantea ahora a las inmobiliarias, para sumarse al plan de viviendas con el que pretende eliminar el stock de 9.000 viviendas que existe en la provincia de Cádiz. Valdés considera que la iniciativa será bien acogido por los empresarios ahogados por el parón de las ventas. Aunque en su caso, no se sumaría todavía a una medida tan desesperada.

Rebajas de 30.000 euros

También él ha entrado en la espiral de bajada de precios que, hace no más de dos años, se contemplaba como una locura impensable a la cuál los empresarios no estaban dispuestos a someterse. «Empecé a bajar el precio a principios de este año, primero tímidamente, pero comprendí que el peor negocio que podía hacer era no vender viviendas. Así que lo reduje hasta 30.000 euros por cada casa», recuerda.

Cuando se le plantea si llegaría a vender los inmuebles a precio de coste, no lo duda un momento: «Ahora estoy más desahogado, así que espero no bajar los precios más. Pero si me viera en una necesidad, me lo plantearía seriamente».

Valdés asume que la venta de sus 15 viviendas se ha estancado. Algunos compradores que se interesaron hace un año, se echaron además atrás y cancelaron la adquisición de algunas cuando la crisis tomó forma.

«Lo que más me ha dolido es que tenía una plantilla de gente que trabajaba conmigo, unas 10 o 12 personas, que ahora está haciendo chapuzas y buscándose la vida, porque la construcción está totalmente parada», asegura.