Ibrahimovic estuvo muy participativo. / AP PHOTO
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Las alarmas vuelven a encenderse tras el tropiezo del Barcelona en Kazan

Los de Guardiola dominaron el choque e, incluso, Ibrahimovic lanzó un tiro al palo

COLPISA. BARCELONA Actualizado: Guardar
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El Barça, actual campeón de Europa, tendrá que jugarse su continuidad en la Champions League en el Camp Nou ante el Inter de Mourinho y Eto'o y reafirmarla en Kiev en la última jornada. De momento, el morbo y la tensión están garantizados para el choque ante el club italiano el martes 24 de noviembre por culpa de un Rubin Kazan que ya aventaja al Barça en la clasificación por mejor goal average. El ultradefensivo equipo ruso, que sorprendió con el 1-2 del Camp Nou, supo contener al conjunto azulgrana y amarrar un 0-0 que celebró como una victoria.

El central madrileño César Navas, ex del Madrid, Málaga, Nàstic y Racing, decía en la víspera que el frío provocaría que el Barça sufriera en los primeros minutos al no estar acostumbrado a temperaturas bajo cero. Sin embargo, el equipo azulgrana entró en el partido como si hubiera jugado toda la vida a -5 grados. Puyol, Keita y Alves, los tres en manga corta, fueron la demostración visual de que no había miedo a quedarse congelado. Y en los dos primeros minutos se vio a un Barça caliente y lanzado en busca de una resolución rápida. Dos córners favorables en los primeros 60 segundos dieron lugar a un acoso de los de Guardiola que no se reflejó en el marcador porque Ibrahimovic, tras un gran servicio de Iniesta, estrelló su elegante remate en el poste sobre la salida de Ryzhikov. El tercer palo ante el Rubin Kazan tras los del propio Ibra y Touré en el Camp Nou.

Un comienzo así dio paso a un dominio abrumador durante todo el encuentro, con el Rubin Kazan amparándose en su gran disciplina defensiva y en la fe de Kurban Berdyev, el técnico que se pasa todos los encuentros agarrado a su tasbith, el motivo religioso con el que rezan los musulmanes.

El Barça lo intentó todo ante un equipo que poco a iba creciendo como gafe. Una vaselina de Xavi, un trallazo de Messi, un remate de Iniesta tras una jugada de estrategia solo ante Ryzhikov, otra vez inspirado... Por el centro con Xavi, Messi e Ibrahimovic; por las bandas con el reaparecido Alves e Iniesta... Nada que hacer. Y pudo ser peor porque antes del descanso, en la única contra del Rubin en la primera parte, Valdés se estiró para evitar el gol de Karadeniz.

Una auténtica muralla

En la segunda parte, más de lo mismo, quizás con menos lucidez azulgrana debido a que las prisas y los nervios iban en aumento. Pese a ello, Touré, Iniesta y Xavi estuvieron cerca del gol, aunque con remates desde fuera del área. Cerca de la portería se acumulaban los jugadores rusos en un bosque de piernas impenetrable.

El Rubin volvió a tener su oportunidad, otra vez abortada por Valdés a los pies de Bukharov, sustituto de Karadeniz. En eso sí cambió algo respecto al choque de hace dos semanas en el Camp Nou, cuando la efectividad rusa en sus contragolpes fue del cien por cien.

En los últimos minutos Guardiola arriesgó dando entrada a un delantero, Henry, por un medio, Keita, pero el francés confirmó que no es una casualidad que lleve seis meses sin marcar como azulgrana. Le cayó un balón a bocajarro y le pilló despistado. Y completó su triste aportación resbalando en el momento del disparo en una acción bien llevada por Messi. Y el partido acabó como empezó: con el Barça volcado sobre el área rival y el Rubin despejando balones hacia el cielo de Kazan.