Los diputados del PP aplauden al líder de la oposición, Mariano Rajoy, tras su intervención en el debate de los Presupuestos. / EFE
ESPAÑA

El Gobierno aguanta ataques de todos contra unos Presupuestos blindados

Rajoy asegura que el proyecto es «letal para España» y Salgado replica que el PP «es uno de los riesgos para la recuperación»

MADRID Actualizado: Guardar
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El Gobierno soportó ayer un debate de Presupuestos con la oposición en pie de guerra y con duras críticas desde los bancos de la izquierda, pero con la tranquilidad de saber que el pacto con PNV y Coalición Canaria está blindado y garantiza su aprobación.

El acuerdo presupuestario asegura al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero que hoy el pleno del Congreso rechazará todas las enmiendas de devolución del proyecto al Ejecutivo defendidas ayer por PP, CiU, ERC, IU, BNG y UPyD.

La vicepresidenta segunda, Elena Salgado, acudió al Congreso sabedora del chaparrón que iba a aguar su estreno en estas lides, en las que hasta su sustitución, en abril, ya era un veterano Pedro Solbes. Salgado resumió en una hora el proyecto del Gobierno como «el mejor posible en el difícil contexto en que vivimos» y dijo que se trata del instrumento de política económica que «estimulará la recuperación», «protegerá» a los desempleados y a los más débiles y «pondrá las bases» para el cambio de modelo económico.

No lanzó las campanas al vuelo, reconoció que se «inicia una recuperación lenta y difícil», que la entrada en la senda del crecimiento «no será inmediata» y, lo más grave, que en 2010 tampoco se creará empleo, aunque se frenará su destrucción. Salgado calificó la subida de impuestos de «moderada» y aseguró que es «necesaria» para mantener el gasto y la protección social en el final de la crisis y para «no hipotecar el futuro» con un déficit público descontrolado.

El debate alcanzó su punto de ebullición con la intervención del líder del PP, Mariano Rajoy, que aseguró que se trata de unos Presupuestos «letales para España, para las clases medias y los trabajadores», en los que «no hay esperanza de futuro». El líder de la oposición ninguneó a Salgado y exigió a Zapatero, presente en el debate, que «retire esta chapuza», como definió a las cuentas del «paro y la subida de impuestos y de la deuda pública», y remita al Parlamento «otra cosa».

El líder de los populares, jaleado sin descanso por los suyos, se dirigió al presidente del Gobierno para decirle que «es el único responsable del desastre económico», la cabeza de un Ejecutivo «absolutamente desacreditado» y «una máquina de generar incertidumbre». Definió las cuentas «como una bomba de relojería» que «parecen deliberadamente diseñadas para poner las cosas peor». En definitiva, son «lamentables, insensatos, irreales, inadecuados, insostenibles, y una desfachatez». «Están ustedes hundiendo a las empresas y a las familias», sentenció. Salgado, que comenzó con un tono tecnócrata y terminó por sacar el colmillo político, acusó a Rajoy de hacer un discurso «demagógico», pero sin «una idea ni una propuesta para luchar contra la recesión» y en el que «la crisis sólo es para usted una palanca con la que pretende llegar a la Moncloa». El PP, subrayó, es «uno de los factores de riesgo para la recuperación en España».

La vicepresidenta, que acusó a Rajoy de repetir el mismo discurso del año anterior, hurgó en las heridas internas del PP e ironizó con que quizás «sus múltiples ocupaciones» -en referencia al escándalo Gürtel- no le han permitido «encontrar un ratito para preparar el debate».

Indicó que el Gobierno nunca dará luz verde al despido libre o al recorte de derechos de los trabajadores «que usted persigue» y remató con un sarcástico «no sé por qué quiere debatir con Zapatero (en vez de con ella) si ya ha perdido diez veces». «Tendrá que seguir intentándolo», añadió condescendiente, entre fuertes aplausos de su grupo.

CiU, que ya prepara la campaña para las elecciones de Cataluña del próximo otoño, hizo un discurso duro y con críticas similares a las expresadas por el PP. Josep Antoni Durán i Lleida descalificó los Presupuestos, dijo que ponen en peligro el estado del bienestar, definió la situación como «insostenible» y culpó a Rodríguez Zapatero de la «desorientación e improvisación de la política económica».

Ceses y «maquillaje»

Joan Ridao, de Esquerra Republicana de Catalunya, que no llegó a un pacto con el Gobierno porque no consiguió que la gestión del aeropuerto de El Prat quedase en manos de la Generalitat, reprochó a Salgado que el proyecto es tan malo que «si fuese la directora general de una empresa ya estaría cesada», ya que las cuentas tienen «más maquillaje que la señorita Pepis».

La vicepresidenta, de forma diplomática, contestó al republicano que era un irresponsable y recordó que si no llega a ser por el apoyo de otros grupos el dinero que tanto costo pactar para la financiación de Cataluña no se lo podrían entregar. Esta misma cuenta, la del esfuerzo hecho por el Gobierno para mejorar la financiación y que no ha sido correspondido, también se la pasó Joan Herrera, de IU-IPC. La sesión la cerraron las críticas de BNG y UPyD.

El debate concluirá hoy con la intervenciones del PNV, CC, Nabai, UPN y el PSOE, que precederán a la votación que rechazará las enmiendas de devolución.