Economia

Salgado lamenta que España deba trabajar el doble, «como las mujeres», para ser valorada

Considera un error los «miles de millones» dedicados a pagar deducciones por vivienda

MADRID Actualizado: Guardar
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La vicepresidenta económica del Gobierno señaló ayer en el Senado que con la economía española «a veces pasa como con las mujeres, que para que se nos valore igual que a los hombres, tenemos que trabajar el doble». Elena Salgado utilizó ese símil de género ante la Comisión de Economía de la Cámara Alta para describir el «especial escrutinio» al que España es sometida en los mercados, foros y organismos económicos internacionales, donde su presencia es relativamente reciente, como ocurre por ejemplo en el caso del G-20. Ese constante y riguroso examen, señaló, obliga a duplicar esfuerzos para generar confianza.

La ministra de Economía explicó que la evolución prevista por el Gobierno para 2010 es «algo más optimista» que la planteada por algunos de esos organismos multilaterales, ya que espera un mayor desarrollo de las exportaciones. Se refería a las malas perspectivas publicadas hace una semana por el FMI, que pronosticó que España será la única gran economía mundial en recesión el año próximo, con una contracción anual del 0,7% del Producto Interior Bruto (PIB). El programa de estabilidad del Gobierno predice una caída del PIB del 0,3% en 2010, con la particularidad de que espera tasas ya positivas de crecimiento intertrimestral a partir de mediados de año, que irán ganando intensidad progresivamente.

Despegue

El proceso de despegue, insistió Salgado, no será «fácil ni rápido». «Se espera que la reactivación sea lenta y con escasa creación de empleo». El Gobierno, aseguró, avanza «en la dirección adecuada» al señalar el sector exterior y a los segmentos más innovadores del tejido económico como «candidatos a protagonizar el crecimiento futuro». La vicepresidenta explicó que la economía mundial -también la española- han superado ya la peor fase de la recesión en términos de incertidumbre e intensidad del deterioro. Aún así, admitió que a corto plazo habrá que afrontar «momentos difíciles» y «retos exigentes», sobre todo en lo que afecta al paro, que siempre experimenta una evolución similar a la del PIB con unos meses de retraso.

La responsable de Economía no aprecia indicios de una próxima subida de tipos que pueda complicar aún más la situación de las familias hipotecadas. Dedicó parte de su intervención a descalificar el modelo económico en boga durante las dos legislaturas que gobernó el Partido Popular, en concreto, la «gran burbuja inmobiliaria» desarrollada en ese período.

Deducción por vivienda

Salgado tachó de «error» las deducciones fiscales en el IRPF por la compra de vivienda -beneficios que el Gobierno suprimirá en 2011 salvo a las rentas más bajas-, que absorbieron durante muchos años «decenas de miles de millones de euros» que podían haberse dedicado a estimular «otros sectores con más futuro».

Sobre la polémica subida de impuestos que entrará en vigor en 2010, subrayó que no es posible llevar a cabo una reforma fiscal que afecte sólo a las rentas más altas, pues su efecto recaudatorio sería insuficiente. En ese sentido, justificó que el Gobierno haya convertido a las clases medias en el objetivo principal del aumento de la presión impositiva, pues a ese segmento de la población pertenecen «afortunadamente» casi el 90% de los españoles. Explicó que otros países europeos están inmersos en procesos similares y que ahora lo importante es que los contribuyentes perciban que esa subida les beneficiará en el futuro a través de «prestaciones», «ayudas al desempleo» e inversión en I+D+i.

«En estas circunstancias consideramos conveniente realizar un esfuerzo para mantener la presión fiscal en un nivel más cercano a los parámetros de nuestros socios europeos, al tiempo que enviamos una señal de firme compromiso con la sostenibilidad presupuestaria», resaltó la vicepresidenta.

La comparecencia de Salgado generó dudas sobre sus previsiones para el futuro. El motivo fue la inclusión en su discurso impreso, distribuido al inicio por sus colaboradores, de una frase que apuntaba a una «recaída», cuando el Gobierno insiste en que lo peor ya ha pasado.

La frase decía: «Quedan por delante momentos difíciles y habremos de afrontar retos exigentes, no pudiendo descartar alguna recaída». Sin embargo, al leer, Salgado obvió la última parte. «Me pareció que era una errata», justificó después.

Hace meses, cuando se debatía si la salida a la crisis sería en forma de 'V' -bajada y subida rápida-, de 'U' o de 'L', Salgado apuntó que podría ser «en uve doble» (bajada, subida, recaída y nueva subida). Eso podría ocurrir si los estímulos financieros se retirasen de forma inmediata. «Si se hace de forma gradual, no veo riesgo de recaída», recalcó ayer.