GRÁFICO: ALBERTO LUCAS
ESPAÑA

La fragata 'Canarias' detiene a dos de los secuestradores del 'Alakrana'

El atunero está fondeado frente a una base pirata somalí, con los 36 tripulantes encerrados y vigilados por una decena de asaltantes

MADRID Actualizado: Guardar
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La fragata Canarias de la Armada española ha capturado a dos de los piratas somalíes que el viernes secuestraron el atunero vasco Alakrana. El buque español los atrapó el sábado por la noche, poco después de que ambos delincuentes abandonasen el pesquero en una lancha con destino a la costa. Mientras los militares interrogaban ayer a los arrestados para conocer detalles sobre los secuestradores y los rehenes, el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón abrió diligencias contra ellos por secuestro y posible delito de terrorismo y adelantó que el tribunal determinará en las próximas horas la situación en la que quedarán los dos detenidos.

El Alakrana, que sigue en poder de los piratas, está fondeado desde primeras horas de ayer frente a Haradera, una pequeña ciudad situada en el centro de Somalia, entre Obbia y la capital, Mogadiscio, que es una de las principales bases de los clanes piratas. Es el lugar donde esperaron muchos de los barcos secuestrados en el océano Índico mientras los piratas negocian el pago del rescate y su liberación.

La lancha pirata capturada, la misma que permitió el asalto, se separó del Alakrana cuando el pesquero se encontraba todavía a unas 160 millas de Somalia y tenía al Canarias ya casi a su altura. La barca fuera borda, con dos piratas, dos escalas de abordaje y unos 14 depósitos de gasolina, se dirigió hacia la costa mientras el atunero cambiaba de rumbo al norte, hacia Haradera. Tras ser localizada por el avión español P3 Orión, la fragata recibió autorización del Gobierno y del mando europeo de la operación militar Atalanta para abordar la lancha.

Envió un helicóptero que frenó a los piratas con disparos de advertencia, a unas 135 millas de la costa, y los mantuvo vigilados hasta que dos lanchas ligeras con infantes de marina abordaron el esquife y detuvieron a los filibusteros. Durante el arresto uno de los somalíes sufrió una herida leve, posiblemente de bala, al protagonizar lo que los militares describen como una «reacción amenazante». Los piratas, las lanchas y helicóptero embarcaron en el Canarias, que se dirigió en persecución del Alakrana. En su ausencia y por orden del mando Atalanta, el atunero fue vigilado por la fragata francesa Germinal. La persecución terminó unas horas después en Haradera.

Presos en el comedor

Una decena de piratas armados y pertenecientes a un grupo autor de numerosos secuestros protege desde el domingo la cubierta y los pisos del pesquero y tiene encerrados en el comedor a los 36 tripulantes retenidos, 16 de ellos españoles. El Alakrana y la actividad de los asaltantes son vigilados por la fragata española y por su homóloga francesa, que están fondeadas a pocas millas al norte y al sur de Haradera, a la distancia más corta a la que no pueden ser vistas desde el pesquero apresado.

La comisión gubernamental de coordinación, dirigida por la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, mantuvo ayer nuevas reuniones para estudiar todos los informes diplomáticos, militares y de inteligencia sobre la evolución del secuestro, para conocer los detalles de la detención de los dos piratas y sus consecuencias y para debatir los pasos a dar a partir de ahora.

El jefe del mando de operaciones del Estado Mayor de la Defensa, Jaime Domínguez Buj, señaló que, ante la nueva situación, «están abiertas todas las posibilidades» para rescatar a los 36 tripulantes, pero coincidió con un portavoz del Gobierno en que la «premisa esencial» de cualquier operación será «preservar la seguridad de la tripulación». «No vamos a hacer nada que ponga en riesgo la seguridad de los pescadores», adelantó Domínguez Buj.

Una de las decisiones del Gobierno es que el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, comience en breve las conversaciones con las autoridades somalíes «para intercambiar impresiones e información en torno al secuestro y a sus autores», con el objetivo de que «las gestiones se intensifiquen en días siguientes, hasta la liberación del barco». No obstante, todavía está por ver la rentabilidad de esta línea de negociación en un estado fallido en el que su Gobierno no controla buena parte del país, en manos de milicias y señores de la guerra.

La buena noticia del día fue que los secuestradores, una vez anclados frente a su refugio, permitieron a todos los tripulantes usar los teléfonos móviles para llamar a sus familiares y contarles en primera persona, tras tres días de secuestro y cierre de comunicaciones, que se encuentran bien, que el trato de los secuestradores no es malo, y que esperan en situación razonable el éxito de las conversaciones. Fueron llamadas, de dos o tres minutos, vigiladas por los piratas, que constituyen lo que se conoce como una prueba de vida, un acto indispensable en cualquier secuestro antes de poder abrir las negociaciones para el cobro de un rescate.

La prueba se completó con una conversación telefónica entre el capitán del pesquero y el embajador español en Kenia, responsable en la zona e implicado directo en la solución del asalto. Junto a él, en Nairobi (Kenia), está desde el viernes el armador de Alakrana, que será pieza clave en la más que posible discusión de un rescate.