El empate no sirve ni a xerecistas ni a malaguistas para salir de la zona baja de la clasifiación. / ESTEBAN
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Llegó el gol pero el fútbol se quedó en el camino

Armenteros logró un histórico tanto que no sirvió para abandonar el último puesto de la tabla

JEREZ Actualizado: Guardar
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Llegó el gol pero el fútbol se quedó en el camino. Esto quiere decir que la alegría ni mucho menos es completa en el xerecismo, pues de hecho el histórico tanto logrado por Armenteros no sirvió para mucho. Para empatar, engañar por unos minutos a la afición azulina y mantenerse en lo más profundo de la tabla de clasificación.

El Xerez tuvo los tres puntos en la mano, sintió que era equipo de Primera y que se liberaba de las ataduras psicológicas que le están impidiendo volar durante su periodo de adaptación a la máxima categoría, y cuando pensaba que pasaba el muerto a los malaguistas un zambombazo desde más de veinticinco metros despertó al xerecismo y los volvió a meter en el fango.

Lo cutre es que el Málaga no fue peor que el Deportivo. El primer derbi andaluz de la temporada se tradujo en un aburrido encuentro, sin ocasiones, llegadas, velocidad ni nervio. La calidad se quedó en casa y, como estaba previsto, la intensidad, la presión y la fortaleza física se hizo con el protagonismo.

Ziganda apostó por el once esperado, con Bergantiños y Keita en el centro del campo. Un doble pivote plano, que no termina de solucionar los problemas de circulación de balón del Xerez. Abel, por delante de los medios centros, se quedaba en tierra de nadie, no conectaba ni con la delantera, ni con el centro del campo y sin salida por las bandas, la primera de las llegadas de los azulinos se hizo esperar hasta superado el minuto 25 de la primera parte. Los xerecistas montaron algo parecido a un contragolpe que Armenteros concluyó con un tiro escorado que Munúa envió a saque de esquina.

Partido malo

El Málaga llegaba más, pero también sin precisión. Un par de cabezazos a los laterales de la red y un mano a mano entre Renan y Obinna que el nigeriano desechó mientras pensaba si decantarse por un tiro potente o una suave vaselina.

En el descanso Ziganda puso luz sobre el prado de Chapín. Retiró a Keita -de haber seguido sobre el verde tenía garantizada su segunda amarilla- y dio entrada a Viqueira. El primero de los balones que tocó el Mago, sirvió para comprobar que Emilio es el único que da profundidad a los azulinos. A Emiliano Armenteros le faltó un suspiro para llegar al pase de Viqueira y la bola acabó en saque de esquina, pero para entonces el destino ya sabía que Armenteros pasaría a la historia como el primero de los azulinos que logró marcar en Primera División. El córner lo puso en movimiento Abel, Prieto casi peina en el primer palo y Armenteros la empujó con su zurda tras amortiguarla con el muslo -el cuero también puede rozar el estómago e incluso la mano-. Dedo a la boca y apuntando al cielo para celebra que Chapín ya podía gritar ¡gol! en Primera.

El tanto no devolvió el fútbol, y el Xerez no sólo siguió sin ideas sino que además dio ese típico pasito atrás. Nefasto para los intereses xerecistas. Primero el colegiado anuló un gol a Edinho -por introducir la bola con el codo-, pero a renglón seguido un zurdazo de Obinna, que Renan se traga, colocó el definitivo empate en el marcador y el Málaga, sin ser peor que el Xerez, se llevó un punto de municipal jerezano.