Cristina valoró la calidad en la asistencia y el recorte en la lista de espera con su seguro. / S. S.
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«Me tocó elegir entre la hipoteca o el seguro privado»

Cristina Amedey dejó su médico de pago cuando decidió comprarse un piso. Ahora confía en la bajada de la cuota para volver a contratarlo

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La sanidad privada se convierte en un lujo en época de crisis. Los seguros revisan los cuotas de forma anual, las mujeres suelen pagar más que los hombres y algunas prestaciones llevan un coste añadido. Algo de lo que no suelen informar en el momento de la contratación. Así lo asegura Cristina Amedey Ciria, una isleña que contrató el seguro médico de Adeslas durante cinco años.

La crisis la llevó a elegir entre pagar la hipoteca de su nueva vivienda o mantener el médico privado. «Desde que escrituré mi piso tuve que quitarme gastos, y en este caso era como una letra menos, así que decidí prescindir de algunos privilegios como el seguro médico», reconoce no sin cierto pesar.

Cristina acudía con frecuencia a rehabilitación para reducir una dolencia en las cervicales, y a otros especialistas como el ginecólogo para hacerse revisiones periódicas. «Ahora sigo yendo al mismo ginecólogo, pero prefiero pagar una consulta al año que las cuotas mensuales del seguro», explica.

El motivo para mantener el médico de pago no es sólo por la calidad de la asistencia, sino por el recorte de la espera. «Cuesta meses conseguir una cita por la Seguridad Social», lamenta.

Así, Cristina asegura que cuando revisen su hipoteca a la baja se planteará volver a invertir en sanidad privada. Eso sí, elegirá la compañía que ofrezca mayor cobertura y tenga mejor precio. «Al principio no te dicen nada, pero si cumples años sube la cuota, si te lo revisan también. Cada vez que pasas la tarjeta te cobran entre tres y ocho euros, lo que te dicen sólo lo pagas los dos primeros meses».

Ha pasado ya más de un año desde que Cristina tuvo que prescindir de su seguro. Si la economía mejora «y sigue bajando el Euríbor» podrá permitirse ese lujo. Mientras tanto, seguirá dependiendo de la sanidad pública a la espera de tiempos mejores.