CRÍTICA FLAMENCA LA FICHA

Mercé: el regreso

JEREZ Actualizado: Guardar
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H ace diez años José Soto Soto decidió salir del armario artístico para aplicar su irresistible voz a música para el gran público. Fue de los primeros de los cantaores clásicos en saltar al mundo de la música pop, y de los pocos que ha mantenido un repertorio tradicional. El experimento no ha podido irle mejor. Gracias a su constancia, profesionalidad, entrega y por supuesto capacidad artística, José Mercé se ha convertido en superestrella del flamenco cuando tantos compañeros suyos están jugando al dominó en la peña de la esquina lamentando el mal rato que está pasando el flamenco tradicional.

Anoche, en el amplio jardín de la jerezana Atalaya, la presentación del nuevo trabajo discográfico, Ruido, dio fe del hambre, tanto de aficionados como del gran público, de disfrutar de la hermosa voz del hombre de Santiago. El concierto fue programado para coincidir con las fiestas de la patrona de Jerez, la Virgen de la Merced, basílica que dio nombre artístico al cantaor que de joven cantó en el dicho templo.

Jerez tiene fama de plaza difícil, pero Mercé goza de condición de profeta en su propia tierra. Alrededor de dos mil personas quisieron pagar sus 20 euros, en tiempos de crisis que estamos, para presenciar la primera actuación en Jerez en cuatro años del cantaor. Cuando son las diez de la noche, y suenan petardos de las fiestas de la patrona, no se ve un asiento vacío. El éxito de la cita estaba prácticamente garantizada. Para esta nueva grabación, que saldrá a la calle a mediados de octubre, José Mercé se ha rodeado de personal cuidadosamente seleccionado. La mano del productor Isidro Muñoz es tan fundamental como la guitarra del jerezano Manuel Moreno, Moraíto. También incorpora al joven Dani de Morón como segunda guitarra, la percusión de El Güito y las palmas y coros de Rafa, El Negro y Marce.

Después de unas palabras de agradecimiento citando la importancia de volver a Jerez y a su barrio, José ofrece malagueñas, solea y siguiriyas con todo el empaque del gran cantaor que es. Está en plena forma, el toque de Moraíto huele a perfume de bodegas y el público responde al cante ortodoxo con el mismo entusiasmo como si escucharan los diez principales. El cantaor se emociona con la reacción, y está visiblemente relajado cuando abandona el escenario momentáneamente dejando a Moraíto con su solo de bulerías.

Vuelve el cantaor, y anuncia que va a hacer algunos temas de su nuevo disco. Canciones como Contigo, Fe o Que venga ella entre otras, son baladas sentimentales con un aire decididamente flamenco, y versos cuidadosamente elegidos: esta vez no habrá polémicas. En unas alegrías contemporáneas, logra el difícil milagro de conservar el sabor del palo flamenco a la vez que incorpora detalles acancionados. Otro instrumental, esta vez de la mano del guitarrista Dani de Morón con apoyo vocal por bulerías.

La canción Ruido que da título al disco, es una sedosa bulería que mantiene la fuerza flamenca que José Mercé tiene perfectamente controlada, y no pudo faltar Al alba de Eduardo Aute con la absoluta complicidad del respetable. Vamos a cantar un poquito por bulerías son palabras que encienden el ambiente. El numeroso público exige un bis de Aire, y los gritos de ¡qué baile Morao! conducen al final de una velada que no ha decepcionado a nadie.