La suerte de la chica la grande la desea

Cádiz y México Distrito Federal hermanadas. Haciendo un simil deportivo, sería como si Nadal le propone a un joven tenista de 13 años ser pareja de dobles en Roland Garros. Menos de ciento treinta mil habitantes frente a más de veinte millones. Y sin embargo, pese a la diferencia de tamaño entre la gigantesca capital mexicana y la gaditana, hay problemas comunes y una relación que data, cómo no, de los años en que se discutió y aprobó la primera Constitución española, la de Cádiz.

Ciudad de México tiene un centro histórico que hasta hace pocos años se encontraba en franco deterioro, con una pérdida de población y unos índices de inseguridad alarmantes. El Gobierno mexicano, al igual que ha sucedido en Cádiz, ha emprendido una campaña para rehabilitar el casco histórico. El trabajo es ingente, porque el proceso aún no ha hecho más que comenzar, pero ya se ven resultados. Espacios donde era impensable poner el pie son ahora calles peatonales con terrazas, instalaciones artísticas y fachadas limpias de letreros y vendedores ambulantes, que antaño copaban casi todo el espacio. Queda mucho por hacer, porque uno de los problemas más graves de su casco antiguo es la pérdida de población. Tan sólo un 20% de las viviendas están habitadas y aún hay muchas zonas degradadas.