Ricky, protagonista. / R. R.
Deportes/Baloncesto

Gigantes en La Isla

Los más pequeños reciben con cariño y entusiasmo a sus grandes ídolos Ricky Rubio centra las miradas en el primer día de preparación para el Europeo

| SAN FERNANDO Actualizado: Guardar
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Como Gulliver, los gigantes de la selección campan a sus anchas por el estrecho Bahía Sur. Se sienten cómodos en un pabellón que ya conocen y donde la afición le trata con cariño y respeto. Muchos saludos de viejos conocidos, el reencuentro de campeones con desconocidos, iguales sin embargo en estos momentos. Con las ausencias de Gasol y Rudy, las cámaras y los ojos de los pequeños se centran en Ricky, Navarro y Garbajosa. Y en las gotas de sudor que lagrimean por su frente, producto del enorme esfuerzo y el bochornoso calor que emana del gimnasio.

Antes, los chicos de Scariolo tienen que madrugar para someterse a las analíticas y los exámenes médicos. Después de casi dos horas machacándose en el gimnasio, los jugadores toman contacto con la bola. Entradas a canasta, lanzamientos de tres, tiros libres, y muchas bromas pero sin desplazar el trabajo ni perder la concentración. Los derrotados sufren con una sesión de abdominales como castigo. Scariolo observa desde la banda. Sólo al final reúne al grupo durante cinco minutos y luego charla con Ricky, el alumno aventajado.

A la salida, la afición le espera. Los niños se fotografían con sus ídolos, especialmente con el de la Penya, el espejo en el que se reflejan. Con ilusión, alegría, felicidad, entusiamo... y con tranquilidad, calma. Eso es lo que quieren los gigantes. Y en San Fernando lo encuentran.