Los embalses también son lugar de esparcimiento. / JESÚS CABELLO
Ciudadanos

Las lluvias del otoño garantizan el abastecimiento para el verano

Los embalses se encuentran al 52,9 por ciento de su capacidad y tienen almacenada dos tercios más de agua que hace un añoLa situación actual asegura el consumo de los próximos años

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Los periodos secos que ha vivido la provincia en los últimos años han propiciado que muchos municipios se terminaran acostumbrando a las temidas restricciones. Esta situación, en principio, no se volverá a repetir este verano porque las precipitaciones de los últimos doce meses han posibilitado la recuperación de los embalses y acuíferos.

El año hidrológico afronta su recta final, termina el 31 de agosto, dejando en su haber las mayores precipitaciones que se recuerdan en doce años, desde el año 1996-97. Esta ruptura del ciclo de sequía ha producido un efecto positivo en el agua embalsada que tiene la provincia, que actualmente se sitúa en los 953,61 hectómetros cúbicos, encontrándose al 52,90% de su capacidad total. Los pantanos tienen actualmente 378,75 hectómetros cúbicos almacenados más que hace un año, lo que supone una subida del 65,88%.

Para entender la importancia de esta subida conviene tener en cuenta que el Instituto Nacional de Estadística asegura que el consumo de agua de los andaluces es de 176 litros por habitante y día (78,4 hectómetros cúbicos anuales en la provincia). Esto supondría que el agua que se ha almacenado de más en este año serviría para abastecer durante casi 5 años a los hogares gaditanos. No obstante, hay que tener en cuenta que este dato no es del todo real porque no tiene en cuenta cuestiones como las pérdidas que se producen en las conducciones, así como los usos agrícolas, industriales y municipales que también se abastecen de este agua.

La provincia no se abastece sólo de pantanos, de hecho hay zonas como la Sierra que prácticamente toman toda su agua de pozos y sondeos. Éstos también se encuentran a un «gran nivel» aunque resulta más complicado cuantificarlo. Así lo confirma el presidente de la empresa pública Aguas Sierra de Cádiz, Antonio Ramírez, que presta servicio a quince de los diecinueve municipios de esta comarca. Como muestra de esta situación asegura que «todavía, a estas alturas, no hemos tenido que tomar agua de la presa del Fresnillo de Grazalema que se utiliza cuando los acuíferos se resienten».

Otro dato a tener en cuenta es que los embalses de Los Hurones y Guadalcacín, dos de los de mayor capacidad, son los encargados de abastecer a la mayoría de la provincia. De ellos bebe toda la Bahía y la campiña jerezana, además de algunas localidades jandeñas. Guadalcacín se encuentra al 30,55% de su capacidad pero ese dato no resulta negativo si tenemos en cuenta que se trata de un embalse capaz de almacenar 800 hectómetros cúbicos, por lo que es el que mayor volumen de agua embalsada tiene, 244,58 hectómetros cúbicos. Esta infraestructura ha experimentado una subida importante en los doce últimos meses y actualmente tiene almacenados 87,53 hectómetros cúbicos más. Los Hurones, por su parte, se encuentra casi al 80%, lo que supone una garantía mayor a la hora de asegurar el abastecimiento.

Bien escaso

A pesar de que la situación es mucho mejor que hace doce meses, la Agencia Andaluza del Agua sigue recordando que el agua es un bien escaso y hay que seguir controlando el consumo desmedido para evitar problemas futuros. La consejera de Medio Ambiente, Cinta Castillo, aseguró que el respiro que ha experimentado la provincia, después de cinco años de sequía, supone que «el suministro estará garantizado durante los próximos años». Esta valoración la hizo a finales del mes de febrero pero tal y como han discurrido los meses siguientes, aún sigue estando vigente.

El aspecto más positivo de este contexto lo vivirán municipios como Alcalá de los Gazules que este año no tendrían por qué padecer ningún tipo de restricción. Esta situación también se dará en poblaciones como Puerto Serrano y Prado del Rey que en los últimos años se han familiarizado en exceso con la falta de agua y que «este año no tienen por qué tener problemas, a menos que se produzca un accidente como el ocurrido el año pasado en Villamartín, en el que se hundió un pozo», asegura Ramírez.