INSTALACIONES. La gerente, Begoña Romero, en una de las naves de la empresa. / CRISTÓBAL
BIOGRAFÍA

50 toneladas diarias

Esta firma de venta, transporte y distribución de frutas y verduras cuenta con casi medio siglo de tradición

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Al igual que muchas otras grandes empresas, Transfrutalla comenzó como un pequeño negocio. Los abuelos paternos de la actual gerente, Begoña Romero, fueron los que pusieron la semilla de lo que hoy es una de las firmas más importantes de venta y distribución de fruta y verdura de la provincia. Corría 1952 y el ámbito de negocio se ceñía en exclusiva al plátano de Canarias, que, por aquel entonces, adquirían en Sevilla. Sus clientes eran los puestos de venta al consumidor final del mercado de abastos de Sanlúcar. Andando el tiempo, los hijos de esta pareja de emprendedores comenzaron a trabajar en la empresa y le dieron un giro que le permitió crecer como no había hecho anteriormente. Aumentaron la gama de productos a todas las frutas y verduras. «Ellos fueron los que hicieron Transfrutalla tal y como es hoy», apunta Begoña. Ampliaron las instalaciones y, del pequeño local que ocupaba anteriormente, se trasladaron al espacio en el que trabajan en la actualidad al que dotaron de todas las infraestructuras necesarias, como cámaras de frío.

La crisis no les está afectando demasiado, si es que puede decirse que una compañía pueda no sentir la dentellada de la recesión. «Las ventas se mantienen y este año vamos mejor que el pasado», asegura la gerente. Reconoce que a algunos clientes les cuesta algo más de esfuerzo hacer frente a los pagos, pero también apunta que en este tipo de contextos económicos suelen disfrutar de «un impulso en las ventas». El consumidor se aprieta el cinturón y acude a los mercados de abastos, donde los productos de esta firma tienen un precio de venta al público más bajo que el que les marcan las grandes superficies o los supermercados. Así, los tiempos de crisis hacen resurgir los comercios tradicionales de este sector.

Tan poco se resiente de la situación que la compañía abrió un centro en Jerez hace ya un año y, según señala Begoña, cada mes duplica las cifras de ventas de la mensualidad anterior. Para ofrecer los mejores productos, se trasladan por toda España para adquirir la manzana de Gerona, la verdura de la costa mediterránea andaluza, la cereza extremeña o la patata que en ese momento esté en mejor sazón. Este tubérculo comenzaron a venderlo como producto transformado hace ya diez años. Hoy lo comercializan al por mayor bajo la denominación de marca Frutalla para hospitales, residencias de mayores o guarderías; la venden pelada y también troceada, pero en fresco, sin congelar, tras someterla a un proceso antioxidante que mantiene su frescura. Los números de esta empresa hablan por sí solos. En los últimos tres años han facturado cerca de ocho millones de euros y cada día venden una media de 50 toneladas de fruta y verdura.