Sociedad

El nacimiento de la escultura moderna se plasma en una muestra basada en Auguste Rodin

| MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La muestra ¿Olvidar a Rodin? Escultura en París 1905-1914 llega a Madrid, después de pasar por Francia, proponiendo un análisis del nacimiento de la escultura moderna, con base en la influencia de Auguste Rodin. La exposición, que aúna grandes piezas escultóricas del siglo XX, se podrá visitar desde hoy hasta el 13 de septiembre, en la sala de exposiciones de la Fundación Mapfre.

Se trata de una novedosa lectura del inicio de la escultura moderna durante los primeros años del pasado siglo, a través de obras de artistas como Aristide Maillol, Bernard, Emile-Antoine Bourdelle, Costantin Brancusi, Jacob Epstein, Raymond Duchamp-Villon, Ossip Zadkine, Julio González, Pablo Picasso, Wilhelm Lehmbruck, Alexandre Archipenko y el propio Rodin.

La exposición analiza la obra de los artistas que pertenecen a la generación inmediatamente posterior a Rodin y que construirán el nuevo lenguaje de la modernidad tomando como punto de referencia el modelo del gran escultor francés.

¿Olvidar a Rodin ? Escultura en París 1905-1914 es una coproducción entre la Fundación Mapfre y el Museé d' Orsay, con la colaboración de la Stiftung Wilhelm Lehmbruck Museum-Zentrum Internationaler Skulptur, de Duisburgo. La muestra se presentó entre marzo y mayo de este año en el Museé d' Orsay, recibiendo más de 170.000 visitantes.

Artistas nunca vistos

Entre las obras más emblemáticas, se puede destacar Mediterránea, de Maillol, cuya influencia en la concepción del mediterraneismo catalanista resulta fundamental, y que por primera vez sale del Musée d'Orsay. Dada a conocer en 1905, Mediterránea impactó a todos, y de ahí nació la idea de empezar el corte histórico de la muestra por ese año, según explicó la comisaria Catherine Chevillot.

También se debe subrayar la presencia del original en yeso de El pensador y Balzac, Estudio de atleta, ambos de Rodin; Inclinado, de Archipenko; Madre e hijo, de Epstein, y El hombre sentado, de Lehmbruck. «Son artistas que desarrollaron una línea común y sin embargo raramente se han visto juntos en una exposición», matizó Chevillot. Asimismo, la muestra pone en valor la obra de grandes escultores españoles como Manolo Hergué, Gargallo, Casanovas o Clarà que están establecidos en París.