PAN Y CIRCO

Julio Peguero

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Para los mal pensados diré lo de siempre: que no conozco personalmente a este personaje de nada, que ni siquiera me he tomado un café con él, que lo único que sé es lo que he podido advertir por su trabajo en el Cádiz y lo que he contrastado por las referencias de su anterior etapa en el Recreativo de Huelva. Y, ciertamente, me he formado un buen concepto suyo, al menos de momento, por su trayectoria en el Cádiz. No lo digo tanto por los buenos resultados deportivos, sino por su seriedad en el desempeño profesional y, sobre todo, por su valentía.

Hay que ser muy valiente para dejar un proyecto en Primera División en el que se ha sido parte muy importante (difícilmente el Recreativo de Huelva va a conseguir una clasificación mejor en la Liga de las Estrellas) y embarcarse en otro dos categorías más abajo y con el objetivo, casi ineludible, de regresar a la división de plata. Siempre me dio buena espina este Peguero. Es de esos tipos a los que con sólo escucharlo hablar de fútbol se deduce que sabe de qué va la historia y que conoce no sólo la Primera, sino también las divisiones inferiores, donde se fijó, en gran medida, para rescatar a futbolistas que recalaran en el Decano.

Pero sus declaraciones de la semana pasada sobre la vida personal de determinados jugadores han terminado por ganarme. Queda bastante claro que Peguero ha dicho lo que muchos directores deportivos piensan pero nunca se han atrevido. Al fin y al cabo se está jugando más que nadie en esta historia, porque como el proyecto en Segunda División fracase al primero que van a pedir responsabilidades es a él. En Huelva ya han destituido al que tenían tras el descenso. Ahora, curiosamente, gaditanos y onubenses coincidirán en la misma categoría la próxima campaña.