Cazorla, durante el partido contra Irak./EFE
fútbol | copa confederaciones

España congrega las críticas y las alabanzas de la competición

España ha pasado, tras el éxito en la última Eurocopa, de ser uno más de los contendientes a batir en cualquier competición, a ser considerado el enemigo a batir en el terreno de juego

PRETORIA (SUDÁFRICA) Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Críticas como las del presidente de la FIFA, Joseph Blatter, y la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), y alabanzas como las de los sudafricanos, que tienen en España a su segunda selección favorita, marcan el día a día de la Copa de las Confederaciones que se disputa en Sudáfrica.

La delegación española, recluida en la ciudad de Bloemfontein, en el centro geográfico del país y a más de cuatrocientos kilómetros al sur de Pretoria, vive aislada de esta consideraciones. Eso no quiere decir que el equipo español no esté en boca de todos. Algo muy diferente, pues, a cuando España no era casi nadie.

La tendencia ha cambiado y España ha pasado, tras el éxito en la última Eurocopa, de ser uno más de los contendientes a batir en cualquier competición, a ser considerado el enemigo a batir en el terreno de juego, aunque no sólo sobre el césped.

Fue precisamente una cuestión en torno al césped la que motivó las críticas del presidente de la FIFA a la delegación española. "Los españoles son así", afirmó tras conocer que algunos jugadores de España había cuestionado el estado del terreno de juego de Blomefontein, donde España ganó por 1-0 a Irak.

Las quejas

Los futbolista dijeron que el césped estaba seco y que su estado era "una vergüenza y un desastre", lo que provocó la frase de Blatter. Sus palabras, fuera de contexto, no son ni negativas ni positivas y supo endulzarlas cuando conoció que hablar de vergüenza en España no es demasiado grave. "Si es así, entonces, no ha pasado nada", dijo.

Por otra, la CBF emitió al principio del torneo un comunicado contra los periodistas italianos y españoles que preguntaban en exceso en las conferencias de prensa sobre cuestiones relativas a los clubes de sus respectivos países.

Mientras brasileños e italianos han lamentado tener que medirse en el mismo grupo y han descubierto el valor del campeón de África, Egipto, al enfrentarse a él, las consideraciones sobre la fortuna de España han sido constantes.

La poca calidad de Nueva Zelanda o la mejorable entidad del fútbol iraquí han sido considerados factores favorables a España, sin tener en cuenta que de los tres equipos teóricamente aspirantes al título, dos se debían enfrentar necesariamente entre sí y el otro iba a coincidir con el equipo anfitrión del torneo, en este caso Sudáfrica.

El apoyo

Si Brasil ha estado acompañada con mucho entusiasmo en alguno de sus entrenamientos por aficionados locales, a España le queda la satisfacción de contar con una gran admiración por su juego por parte del aficionado local.

Este entusiasmo, como es lógico, se apagará el sábado cuando se enfrenten ambos equipo en un partido en el que lograr un empate ante un conjunto de la entidad de España es el sueño de cualquier gran aficionado al fútbol en Sudáfrica.