ESPAÑA

Blanco considera al líder del PP «un cenizo» con «pocas cosas en la cabeza»

| COLPISA. MADRID Actualizado: Guardar
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El ministro de Fomento y número dos del PSOE volvió ayer a firmar alguna de las declaraciones más polémicas de la jornada. José Blanco descalificó al líder popular, Mariano Rajoy, al que llamó «cenizo» y del que dijo que «tiene más bien pocas cosas en la cabeza».

Blanco indicó que Rajoy es, probablemente, «el único español que el miércoles no se alegró de que se crease empleo en mayo» por primera vez en catorce meses y consideró, en referencia al presidente popular y a su discurso, que «lo que sobra en España son cenizos y falta gente capaz de inyectar optimismo, confianza y seguridad a los ciudadanos y a las empresas».

El ministro dijo no tener claro qué quiso decir Rajoy cuando afirmó que en próximas fechas se producirán noticias en el sistema financiero español, pero comentó que, en vista de que siempre piensa en negativo, seguro que se refería a algo malo.

El responsable de Infraestructuras aseguró que no se siente «desautorizado» por el comunicado oficial que el miércoles publicó el Ministerio del Interior sobre la polémica generada por su afirmación de que la seguridad del ex presidente José María Aznar.

Las declaraciones mordaces de Blanco eclipsaron los mensajes del principal candidato socialista en estos comicios, Juan Fernando López Aguilar, quien protagonizó un mitin en un hotel bilbaíno en el que volvió a realizar una llamada a «la movilización».

Y a, ya sabe uno que titular así un artículo que viene precedido del epígrafe de 'análisis' es una provocación, y más todavía cuando usted, lector, me lee un 5 de junio de calor y bochorno. Más de lo segundo que de lo primero para lo que a nuestra historia interesa. Y nuestra historia tiene que ver con la campaña electoral que nos han regalado.

Demos por sabido que toda obra humana puede ser mejorada. Y por asumido que el mundo de la política está cargado de imperfecciones. Desde luego no menos que el mío, el periodismo, o el de los músicos, o el de conductores de autobús, qué más da. La diferencia es que los periodistas no gobernamos, aunque haya quien lo pretenda; la cuestión es que los conductores de autobús sólo piensan gobernar bien lo que tienen en sus manos.

Lo fundamental es que aquellos que nos piden el voto el domingo, y muy especialmente los de Zapatero y Rajoy, han creído que no hay mejor cosa que lanzar las redes en un mar de despistados y abandonados electores. Y ya basta. Y no, miren, no. Es verdad que el bipartidismo no hace otra cosa que aumentar; cierto que el mundo para todos es blanco o negro, de Zapatero y Rajoy. Pero siendo verdad esto, hora es de decir que hay otros estadios en los que podemos sentir el gusto de ser eso, ciudadanos, con o sin papeleta.

Muchos creen, y yo también, que en estos últimos días el trato recibido por los grandes partidos es indecente, cuando no bochornoso. Muchos creemos que para votar necesitamos ser respetados. Creemos que para ir a depositar un voto, el que sea, a la urna el próximo domingo hace falta que se nos trate como personas y no como ganado.

En un debate entre Mayor Oreja y López Aguilar hablaron de la pederastia; en otro del aborto. En un mitin dijeron que Camps es el español más honorable, y en otro que el PP sólo quiere que haya más parados. Por favor, por favor. Lo grandioso del domingo es que nosotros, desde el pastor al doctor, tenemos la última palabra. La mía no tiene más importancia que la de un ciudadano que el domingo al despertar escuchará con decisión y ganas los sonidos del silencio. Qué grandes eran y son Simon y Garfunkel.