Ciudadanos

Convencer a pie de calle

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La plaza de San Francisco de Cádiz se convirtió ayer tarde en un improvisado escenario electoral donde Rosa Díez, presidenta de Unión, Progreso y Democracia (UPyD) puso en práctica otra forma de hacer campaña y de pedir el voto. No hubo insultos, ni descalificaciones, tampoco se habló de crispación y ni siquiera hubo atril. Un micrófono bastó para exponer el proyecto de este partido para España y Europa.

Rosa Díez estuvo acompañada del escritor y número diez de la lista, Fernando Iwasaki, y del isleño Francisco García. Los tres explicaron que los adversarios políticos no son enemigos, «sino rivales, con otras ideas que hay que respetar».

Rosa Díez dio un mensaje muy claro para entender la posición del partido y es que, en los medios de comunicación, «unos aparecen con grandes titulares mientras que otros, como en los contratos, hay que leer la letra pequeña». García, por su parte, lamentó en su intervención que los partidos mayoritarios hayan cambiado el argumento por los ataques y el insulto.

Iwasaki -peruano, de familia japonesa y afincado en España- reivindicó en su discurso el debate pedagógico de la política, es decir, razonar , dialogar y respetar, al tiempo que destacó que «el partido del domingo se juega en Europa, pero se puede perder en España». En este sentido, aludió a a Bolonia, que trata de unificar el espacio universitario «cuando en España ni siquera existe esta únidad» y como ejemplo citó los 17 programas educativos que hay en España.

Rosa Díez fue directa al grano y manifestó que la regeneración democrática pasa por el control de los ciudadanos a sus políticos y de la implicación.Así, «si los ciudadanos no controlan a sus políticos, éstos no defenderán sus intereses». En su opinión, el problema de esta campaña electoral es que no se habla de lo que verdaderamente afecta a los electores «sino de los problemas del PP yPSOE». Dijo que es una campaña que ha fomentado el odio y el desprecio.

El mitin acabó con un debate cuerpo a cuerpo con las personas que había en la plaza. Los estudiantes, micrófono en mano, preguntaron sin reparos por Bolonia y el gasto de la Casa Real, entre otras cuestiones. Rosa Díez y su equipo han vuelto a hacer política a pie de calle y a convencer. No pidieron el voto sino una reflexión.