Pájara inoportuna del San Fernando ante el Linares

No era ayer el día del San Fernando. Los jugadores azulinos sufrieron una pájara inoportunísima y a la vez previsible -conociendo como vive y entrena este grupo de jugadores a los que hace semanas ya sufren carencias incontables por el impago de sus nóminas-. Y por allí pasaba un Linares en situación similar a los isleños. pero que en esta misma semana se les había pagado una nómina, y tenían la moral por las nubes. El final del capítulo era también lógico: un equipo motivado se enfrenta a un conjunto desmotivado y se aprovecha de ello, endosándole un incontestable 0-4.

Tras unos primeros minutos de tanteo, con mucho respeto por parte de dos equipos en situación pareja en la tabla, se rompe el equilibrio al cuarto de hora de juego. Un balón en la frontal lo captura Fran Moreno, y lo empalma con determinación un disparo alto, buscando la escuadra izquierda de Raúl Iglesias. En su trayectoria toca en Germán y se envenena, terminando dentro.

Con el tiempo vencido, y con el San Fernando cada vez más espeso y difuminado, llega una falta botada desde la derecha. Wicha salta con Fede, que le gana la partida y cabecea certero a la red. Se echó de menos que el meta utilizara sus centímetros para salir a despejar de puños.

Quiso tras el descanso el San Fernado... pero no pudo. Desangelado, carente de chispa, sin hilación entre líneas, apenas inquietó. De hecho, el Linares avisaba de su peligro. Raúl Iglesias saca un balón en un mano a mano a Fran Carles.

Mientras había dos goles de ventaja para los visitantes, pero con minutos por delante en el crono, quedaba un halo de esperanza para los locales. Pero aquello se acabó justo en el minuto 54, cuando Sosa agarra de volea otro disparo tras despeje de Merino a la salida de un corner. Ahí se acaban todas las posibilidades isleñas.

El cuarto tanto fue casi anecdótico. A falta de nueve minutos, José Manuel ahonda la herida de los isleños. Casares dio un balón al larguero en el 85', ya sin opciones de remontada. Al Linares le bastó con mantener el orden.