FALTA. Enrique intenta desbordar por su banda. / MIGUEL GÓMEZ
Cádiz C.F.

El Cádiz se olvida el estoque

Vuelve a dejar escapar con vida a un rival cuando tiene todo a su favor para sentenciarlo Juanma marca antes del descanso y el Betis B se aprovecha de un penalti dudoso de Casilla

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Que se escapen partidos como el de ayer, cuanto menos, invita a pensar. Que se escape la victoria de Carranza por tercer partido consecutivo (Puertollano y Granada ya birlaron algunos puntos anteriormente) también hace dudar al más pintado. Que un líder no haga de su casa un fortín cuando se encara el final de Liga es, mínimo, preocupante. Suerte que el empate contra el Betis B no vino acompañado por un juego nefasto y sí con uno más que aceptable. Porque el Cádiz de ayer, sin hacer un fútbol de ensueño, consiguió levantar de sus asientos a las otras veces más que exigente afición.

Y eso que durante la primera mitad, la mayor parte del tiempo estuvo el balón en los pies de los jugadores verdiblancos aunque las ocasiones fueron puestas por los hombres de Gracia, que con Ormazábal sobre el césped volvieron a cuidar al detalle cada jugada trenzada, cada pase, cada circulación del balón. Todos buscaron al argentino para que diera sentido al juego de un equipo que volvió a tenerlo semanas después.

La cabeza del medio centro de Boca vale por mil, lástima que sus movimientos no sean tan rápidos como sus ideas. Pero claro, en ese caso, no estaría vistiendo de amarillo hoy en día.

Precisamente, de los pies de Ormazábal llegó la primera gran ocasión cadista. Tras un robo de balón suyo, el primero de muchísimos, se dirigió hacia el área rival con una decisión enorme. La que le faltó a Enrique para terminar la jugada tras recibir de Toedtli en una jugada en la que también colaboró Caballero.

El Cádiz seguía moviéndose al ritmo de Ormazábal, el primero en atacar pero también en defender. Por su parte, el filial bético seguía a su rollo. Tocaba y tocaba, abría el campo, lo cerraba y se adueñaba del balón ante la, por momentos, irritante presión cadista. Sin profundidad alguna, los de Heliópolis aburrían al respetable con su tocar y tocar. Y mientras, la afición comenzaba a impacientarse con su equipo ante el desinterés que mostraba por hacerse cargo de la pelota. Eso sí, cada vez que le llegaba, tenía las cosas muy claras. Sobre todo, cada vez que aparecía Enrique, que en una de las suyas se asoció con Caballero para llegar hasta la línea de fondo y no entenderse con Ormazábal.

Cambio de Juanma

El partido perdió parte del ritmo que había cogido con una serie de acciones. Jugadores que se hacían los lesionados para que el rival echara la pelota fuera, faltas a destiempo y tarjetas por doquier. Otro de los motivos fue la lesión y posterior cambio de Enrique, que dejó su sitio a Juanma.

Poco tiempo -diez minutos pa-ra ser exactos- dio el jienense para que la gente volviera a re-cordarle. Fue el tiempo que dejó pasar para robar con picaresca un balón al central Zamora, que pecó de inocencia, y armar su pierna izquierda para cruzarle el balón a René consiguiendo el primero para los suyos antes de llegar al descanso tras una primera mitad aburrida, cuando el balón estaba en posesión del Betis B, y eléctrica, cuando era el Cádiz el que manejaba el ti-món. Lástima que fue mayor el tiempo en que el esférico era tocado por el Betis B.

No fue hasta el descuento de la primera parte cuando el filial bético disparó a la portería de Kiko Casilla. Fue por mediación de Parra, que chutó desde fuera del área a las manos del cancerbero cadista.

Con todo a su favor salió el conjunto cadista en la segunda parte. Las consignas eran claras e iban encaminadas a sentenciar el partido. Y a razón de la verdad, el Cádiz pronto dio razones para creerle. Aunque, claro está, para ser fiel a sí mismo antes tuvo que salir con la caraja de siempre. Entre Caballero y Fleurquin perdieron el balón -que nació del saque inicial- que acabó en una falta en la frontal del área que tiró Toni para que Casilla desbaratara el peligro.

Tras este despiste, el Cádiz ya sí que se puso manos a la obra. E incluso recordó al de principios de la temporada pero sin la puntería de entonces. Porque en una media hora frenética, los de Gracia impusieron un ritmo eléctrico al que no le faltaron las ocasiones. Con un público encandilado, el Cádiz se crecía a medida que los canteranos béticos se amilanaban. Si no era por una banda era por la otra, sino era por el centro era por los aires. El caso es que, de estar afortunados los Toedtli y compañía, el Betis B se podía haber llevado un saco de Carranza. Todo lo contrario a lo que pasó al final.

Primero fue López quien cayó dentro del área derribado por Toni tras un sombrero de espuela al recibir de un saque de banda. El trencilla, que más tarde sería más protestado por la afición cadista, sacó la falta fuera del área ante la ira del jugador onubense. Posteriormente, Juanma disparaba a la salida de un córner pero su chut encontró la pierna de un defensa bético. El asedio continuó gracias a un buen pase interior de Caballero a Juanma, quien tras recibir muy bien, disparó contra el cuerpo de René con toda la portería para él. En un intento por resarcirse de su error anterior, Juanma se sacó un buen centro a la cabeza de Toedtli que el ariete remató al muñeco. Tanta insistencia cadista provocó el entusiasmo de una grada que se unió al completo para agradecer el esfuerzo de un equipo que se estaba vaciando. Pero cuando mejor estaba jugando el Cádiz llegó una jugada desafortunada, al entender el árbitro que Kiko Casilla derribaba en su arriesgada salida a Diego Segura. El penalti fue transformado por Toni. Y después pudo ser peor puesto que el partido se rompió y entró en una dinámica en la que cualquiera pudo llevarse el gato al agua. Producto de ello llegó un cabezazo al palo de Fran Machado tras un buen centro de Segura. Esta ocasión tuvo doble respuesta. Primero en un lanzamiento de Juanma, con la colaboración inestimable del bético Isidoro, que repelió la parte exterior del palo y después con una falta que Barreiro estrelló en la cruceta de René. A falta de diez minutos -contando con el descuento- el Cádiz gozó con la ventaja de jugar ante un jugador menos pero no la aprovechó.

Dos puntos que vuelan de un Carranza que sigue pensado en el play off. En singular.