UNIÓN. José Ignacio Goirigozlarri y Francisco González dialogan durante la junta de accionistas celebrada ayer. / FERNANDO GÓMEZ
Economia

El BBVA aboga por un «gran pacto» ante una situación de «emergencia nacional»

González se declara contrario a mantener en pie con ayudas públicas a las entidades «irremediablemente dañadas»

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El presidente de BBVA, Francisco González, abogó ayer por un «gran contrato económico y social» para afrontar la crisis y poner las bases de un nuevo modelo económico que sustituya al actual, al que considera ya agotado. En su discurso ante la junta de accionistas celebrada en Bilbao, explicó que la situación es de verdadera «emergencia nacional», por lo que la envergadura de la tarea hace que «ningún Gobierno, ningún partido», pueda abordarla en solitario. «Si no trabajamos todos juntos esta crisis será mucho más larga y dura, y limitará la capacidad de crecimiento futuro», subrayó

González desgranó las consecuencias de la crisis sobre la industria financiera. Aseguró que la primera fase, caracterizada por los problemas de liquidez, «está en fase terminal», tras haber provocado la desaparición de grandes firmas del sector. En la segunda etapa la recesión de la economía está llevando a un rápido aumento de la morosidad y a una reducción de la actividad, de manera que las pérdidas «van a reducir aún más el número de entidades supervivientes». En la tercera, vaticinó, «las que sobrevivan afrontarán una reconversión inevitable».

De cara a ese futuro, el presidente del BBVA abundó en su tesis de que, si bien la recuperación económica pasa por la solución de los problemas de solvencia del sistema bancario, «mantener en pie a una entidad irremediablemente dañada mediante ayudas públicas afecta negativamente al funcionamiento del sistema y perpetúa la desconfianza». En el caso de España, si la recesión es suficientemente dura y prolongada -«que lo es», apostilló- pueden emerger problemas de solvencia en algunas entidades. En este caso, recomendó hacer uso de las instituciones y sistemas ya existentes y puestos a prueba en crisis precedentes: la aplicación de las normas reguladoras del Banco de España, los procedimientos de saneamiento del Fondo de Garantía de Depósitos y la vuelta al sector privado de la entidad ya saneada.

El presidente comentó, entre aplausos, que el BBVA es uno de los dos grandes bancos del mundo que no han necesitado nuevo capital -junto al italiano Intensa San Paolo- porque, argumentó, las ampliaciones de capital por debajo del precio de mercado «significan debilidad». Se mostró igualmente orgulloso de no haber participado tampoco en los programas públicos de apoyo al sector, gracias a su capacidad de obtener liquidez en los mercados.

Segunda por beneficios

En este exigente y complejo marco, el BBVA alcanzó en 2008 un beneficio atribuido de 5.020 millones de euros -un 18% menos que en el año anterior- y mantuvo intacta su capacidad de generar resultados recurrentes. González destacó que, pese a su menor tamaño, que le sitúa en el vigésimo puesto por activos, la entidad se situará en segundo lugar del mundo por beneficios.