AUDI. El vehículo de alta gama de uno de los detenidos, requisado por la Policía, ayer ante la Comisaría de Cádiz. / ÓSCAR CHAMORRO
CÁDIZ

La Policía ya ha identificado al menos a 27 afectados en la estafa de Red Casa

Las víctimas comienzan a asociarse para personarse en los tribunales, aunque desconfían de que puedan recuperar el dinero entregado a los dos estafadores, estimado en más de 180.000 euros

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La investigación policial en torno a la estafa en la venta de viviendas por la inmobiliaria Red Casa sigue su curso en manos del Grupo 3 de la Udyco de la Comandancia de Cádiz, que cada día descubre cómo el alcance de la estafa se incrementa y suma ya casi una treintena el número de clientes que intentaron comprar una casa y perdieron en su intento miles de euros.

Al igual que el número de clientes, el cálculo inicial hecho por la Policía sobre el dinero estafado también ha superado las primeras estimaciones -que rondaban los 150.000 euros-, y en apenas 24 horas ha alcanzado ya los 180.000 euros. Esta cantidad sumaría las cuotas de entrada entregada por los afectados, y que oscilan entre los 7.000 y hasta los 18.000 euros. Sin embargo, según ha precisado la Policía, a ello habría que sumar más de un 1,1 millón de euros más, que habrían estafado a la vez a diversas empresas y entidades financieras de Cádiz a las que contrataron hipotecas y créditos personales, que nunca llegaron a pagar.

Según fuentes de la Policía, las cifras de afectados y de capital estafado podrían incrementarse aún más, si se confirma que las listas de clientes halladas en los domicilios de los supuestos estafadores se corresponden con sus víctimas: en concreto, según precisó la Policía, se encontró un cuaderno con las direcciones y contactos de unas 300 personas, entre las cuales hay diversos afectados.

Una vez que el caso se encuentra en los tribunales, los clientes de la inmobiliaria han comenzado a movilizarse. Y ayer el juzgado de instrucción gaditano registraba las primeras denuncias de grupos de afectados. Según profesionales del sector, en casos de estafas multitudinarias como la presente, lo recomendable es presentarse en las causas de manera conjunta, representados por un mismo abogado y un procurador, de manera que se agilicen los trámites.

Una estafa burda

Tanto el propietario de la inmobiliaria, Luis Manuel G. R., de 33 años, como su pareja sentimental y compinche, Ana S. G., permanecen en prisión preventiva en las cárceles de Puerto II y Puerto III, por orden del Juzgado de Instrucción número 2 de Cádiz, que instruye el caso, y que los imputa como supuestos autores únicos de la estafa.

Aunque la operación Burbuja -como fue bautizada la investigación policial- concluyó la pasada semana con la detención de la pareja, ésta apenas se ha prolongado más de un mes, desde que comenzara el pasado mes de febrero, cuando un policía sospechó de unas supuestas operaciones irregulares en la compra de una vivienda por un familiar suyo. Éste había firmado un contrato con la inmobiliaria para la adquisición de un chalé en Chiclana, pero el documento estaba plagado de cláusulas sospechosas que escamaron al policía y puso el caso en conocimiento de sus superiores.

Una vez iniciada la operación, sin embargo, la Policía necesitaba un segundo comprador que hubiese adquirido la misma vivienda para demostrar que se producía una estafa, y no un simple impago, que se tramitaría por la vía jurídica civil y no la penal.

Una búsqueda que duró pocos días, al hallar un segundo comprador del chalé de Chiclana. La vivienda, para colmo, pertenecía a la ex mujer de Luis G. R., que desconocía que el inmueble estaba a la venta. A lo largo de la investigación, se fue descubriendo que la estafa recogía más y más afectados y se cometía con otras viviendas también de la capital, vendidas en múltiples ocasiones.

La estafa, sin embargo, no podía ser más burda. Luis G. A. se limitaba a cobrar a sus clientes una cuota de entrada por la compra de las viviendas, que luego se negaba a devolver. En principio, se implicó sólo al dueño de la inmobiliaria, pero pronto se descubrió la participación directa de Ana S. G, su compañera, que además de gancho llegó a mostrar las viviendas y a cobrar las entradas.

El bajo precio de las viviendas -casi la mitad del valor de mercado habitual- atrajo a multitud de clientes, que no dudaron de la confianza dada por Luis G. A, a pesar de las múltiples irregularidades en la contratación: en ocasiones los detenidos se negaban a dar recibos de los pagos de las entradas. O firmaban los contratos en la barra de un bar, según relatan algunos estafados.

También se dieron situaciones surrealistas -según relatan fuentes de la Policía- como el hecho de que algunos clientes pillasen a Luis Manuel y a Ana enseñando a otras personas la casa que ya habían apalabrado con ellos.

Soy Luis, estoy ocupado

Cuando algún cliente se arrepentía de la compra o cuando se acercaba la fecha de la escritura, comenzaba una auténtica persecución del ratón y el gato entre los compradores y los detenidos, que sencillamente, daban largas a los estafados, evitando las llamadas y las visitas a las tres oficinas que Red Casa tiene en Cádiz.

«Hola, soy Luis, en estos momentos me encuentro ocupado, deja tu mensaje con tu número de teléfono y te llamaré lo antes posible. Gracias», era lo único que sonaba -y aún suena- al otro lado del teléfono móvil del detenido, cuando los clientes lo intentaban localizar. De hecho, la pareja no se ocultaba de sus clientes, les daba su teléfono y y se paseaban sin pudor por las calles de Cádiz en un lujoso Audi A5 alquilado, que ayer lucía en las puertas de la Comisaría, requisado por la Policía la pasada semana tras la detención de los supuestos estafadores. Además de este vehículo -que ya ha sido reclamado por la empresa de renting-, se incautaron 3.200 euros en efectivos, dos ordenadores y varios teléfonos móviles.

Según la versión de Luis G. R. y Ana S. G., ambos eran dueños de varios inmuebles -que vendían en esta estafa-: tres pisos en la calle Barrié 27 , dos en la calle Torre 39, un local en la calle San José -donde Ana tenía una de las tres clínicas de odontología que regentaba y que cerró hace apenas 10 días-. mgarcia@lavozdigital.es